One Shot(+18)

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- ¡No quiero hablar sobre eso! - es la primera queja que escapa de la boca de San justo en el momento que atravesamos el umbral de la puerta.
- ¿En serio San? ¿No quieres hablar respecto a tu escena de celos......en plena boda? ¿Me estás jodiendo? - sus ojos que se encontraban ocupados, observando los diseños de la alfombra que adorna el suelo del salón, se detienen sobre mi persona.

- Prácticamente me arrastraste fuera de la fiesta, sin darme oportunidad de despedirme de mis padres y de mis amigos. No me has hablado en todo el viaje hasta aquí y ni siquiera me cargaste para pasar por la puerta - trato de controlar la ira que me provoca que se comporte como un maldito adolescente incontrolable.

- ¿¡Qué querías que hiciera!? ¿¡Ah!? - grita histérico y acercándose peligrosamente a mí - No pude evitar ver como tu ex-prometido te coqueteaba y provocaba con sus toques a cada rato en la fiesta - alzo mis manos en un gesto de molestia al escuchar sus palabras.
- ¿¡Me provocaba con sus toques, San!? - le grito ya cansada de su comportamiento - ¿Estás bien de la cabeza? Porque yo creo que no. Te recuerdo que Hyunsuk no es mi ex-prometido, debido a que no llegamos a comprometernos porque lo dejé para estar contigo ¿O debo recordártelo? - la posición de su cuerpo me demuestra que está hinchado de orgullo y que no va a ceder ante su actitud tonta e infantil - Si dejaras de ser tan orgulloso y desconfiado te darías cuenta de que te amo tanto que nunca te traicionaría.

Abandono el salón para dirigirme al cuarto, bufo ruidosamente al ver la cama matrimonial con pétalos de rosas en el centro. Quito la sobrecama con rabia dejándola caer en el suelo, no quiero saber una mierda sobre cosas románticas. Me dedico a retirar las pequeñas florecillas que adornan mi cabello en forma de tiara, realizo esa acción sin preocuparme mucho si arranco mechones de mi cabello.

- No hagas eso, por favor - ignoro su voz que proviene de la entrada de la habitación - Detente Sung Jeon - dice esta vez agarrando mi muñeca deteniendo el proceso de seguir arrancando las flores que completan mi peinado - Siempre haces eso cuando discutimos, te maltratas o lastimas a ti misma. Si lo haces para evitar soltar tu ira conmigo, por favor, no te reprimas. Gritame cuantas veces quieras, golpeame si lo deseas, pero no te hagas daño, eso me duele mucho - dejo escapar una risa irónica ¿Qué es lo que le duele?

- Aprecio tu sinceridad pero dudo mucho que te duela que yo sí confíe en ti - me quedo observándolo unos segundos. Me rindo de tratar hablar con él al ver como mantiene sus ojos fijos en mí, no va a dar su brazo a torcer.

Cuando veo su actitud no puedo evitar gritar exasperada:

- ¡Tú y tu maldito orgullo! - me acerco hasta él colocándome a escasos centímetros de su cara, estoy aguantando las ganas de golpear su atractivo rostro - ¿Sabes? Realmente deseo golpearte, gritarte y decirte cuán estúpido, tonto, inmaduro, infantil, celoso y......

Mis palabras se ven interrumpidas cuando su boca se apodera de la mía. Me maldigo mentalmente al ser tan débil frente a él ¿Qué no estaba enojada hace unos segundos? ¿Qué hago derritiéndome ante la forma en que sus brazos me atrapan? Se me olvida el por qué de mi molestia al sentir las caricias de sus aterciopelados labios, su lengua juguetona se introduce en mi cavidad bucal.

San al notar que dejo de resistirme, agarra mi cintura con mayor fuerza. Me besa de forma posesiva, como siempre lo hace cuando me enojo. Él sabe cuánto me gusta eso, y lo juega a su favor. Sus manos se pasean expertas por mi cintura, puedo sentir la suavidad de su palma a través del suave encaje que adorna el vestido. Mis manos agarran su camisa con desespero, no lucho por mantener el control de mi ansia sexual. Quiero que San me haga enloquecer, que me haga perder la cabeza como sólo él sabe.

Sus dedos juegan con el cierre del vestido, sus besos intensos siguen quemando mi deseo, haciendo que el calor en mi vientre aumente. Termina de deslizar mi vestido, exponiendo el conjunto que llevo debajo de este. Se separa de mí unos centímetros, observándome, sus ojos abrazadores hacen que flaquee en mi lugar.

JealousyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora