La Chica Del Experimento (V.O.)

CAPÍTULO VII

*Una Semana Después*

(Natasha PDV)

Estaba mirando por la ventana del gimnasio cuando vi a Chloe saliendo a escondidas de la torre. Steve me dijo que no podía salir sola, la curiosidad me invadió y decidí seguirla.

[...]

Llegó a la ciudad y se asomo en varios escaparates buscando algo, pasó una multitud frente a mi y para cuando pude esquivarlos, Chloe ya no estaba.

Mire a mi alrededor tratando de localizarla hasta que oí su voz en un callejón, me acerque y escuche a alguien más, no estaba sola.

"Yo no veo a nadie por aquí" dijo el chico agarrando a Chloe por la muñeca. "Suéltame" dijo Chloe y sus ojos se tornaron rojos. Sabía que ella podía defenderse sola pero si usaba sus poderes se expondría.

"Alejate de ella o lo lamentarás" interrumpí mientras sacaba uno de mis bastones. El chico asustado miró a Chloe de nuevo.

"T-Tu eres un monstruo" le dijo antes de salir corriendo. Chloe no se movió, se quedó mirando al suelo y pude ver como sus ojos volvían a su habitual color cafe.

Entonces me miró. "¿Qué haces aquí?" pregunto, guarde mi bastón y me acerqué a ella. "Bueno... podría preguntarte lo mismo" le contesté levantando una ceja. Chloe no dijo nada, estaba buscando una respuesta. "Vine a buscar unas cosas del regalo de navidad de Wanda y Vision" contestó finalmente. "Si alguien me acompañaba dejaría de ser una sorpresa" añadió mostrando una pequeña sonrisa.

"Dudo que hubieras ido muy lejos sin esto" le dije mientras sacaba su cartera de mi bolsillo. "¿Seguro que no me la has robado mientras me seguías?" pregunto. "Nunca lo sabrás" conteste mientras extendía mi mano para que la cogiera. Chloe puso los ojos en lanco y recuperó su cartera.

Antes de que pudiera decir nada, agarró mi mano y me arrastró hasta la calle. "Ya que estas aquí, vendrás conmigo" dijo con una sonrisa, no pude evitar sonreír. "¿Cómo podría negarme?" conteste y pusimos rumbo hacia el centro comercial.

Wanda tenía razón cuando dijo que era como una niña pequeña, le maravillaba todo, siempre que algo le sorprendía tenía un brillo especial en sus ojos, verla así de feliz hacia que yo tambien lo estuviera.

[...]

Cuando regresamos a la torre ya era casi de noche. "Me encantó pasar la tarde contigo" dijo mientras quitaba sus bolsas de mis manos. "La próxima vez que quieras irte a escondidas, nos iremos juntas" conteste con una pequeña sonrisa. "No lo dudes" respondió antes de comenzar a alejarse hacia su habitación.

"Chloe" dije haciendo que se girara. "¿Si Nat?" contestó. "Sobre lo que paso con ese chico, el..." comencé pero antes de acabar me interrumpió. "No te preocupes, ya está olvidado" dijo y continuó su camino.

Yo sabía que no lo estaba, la mirada en sus ojos cuando él dijo aquellas palabras, decía todo lo contrario. Decidí buscar a Wanda y Vision para contarles lo que pasó. Por suerte los encontré en la cocina, cuando se lo conté, Wanda estaba a punto de salir para matar al chico, pero Vision la detuvo. Me preguntó donde estaba y les dije que la última vez que la vi se dirigía a su habitación.

(Chloe PDV)

Estaba en la barandilla de la azotea, no podía dormir, sus palabras resonaban y resonaban en mi cabeza, como un bucle interminable. "T-Tu eres un monstruo" recorde. Pude sentir el miedo en sus ojos.

Una mano en mi hombro me sacó de mis pensamientos, levanté la vista y vi a Vision que me regalaba una sonrisa. Alguien me abrazó por detrás, gire mi cabeza para ver a Wanda, quien me dio un beso en la sien antes de apoyarse en la barandilla a mi lado.

Estaba segura de que Natasha les había contado lo que sucedió en el callejon, no servia de nada evitar el tema.

"En los laboratorios pude sentir que mucha gente me tenía miedo, pero en los 7 años que pasé allí encerrada nadie nunca me había llamado monstruo, para ellos yo era un experimento, una marioneta..." dije mientras creaba una bola de energía que emanaba una luz escarlata. "Los humanos temen lo que no conocen" dijo Vision levantando una sonrisa. "Pero lo desconocido también es hermoso" añadió Wanda creando una bola de energía en su mano.

Los tres nos envolvimos en un abrazo. Después de eso volvimos a nuestras habitaciones, cogí una de las bolsas del armario y saqué una de las fotos enmarcadas que había en su interior. Me recosté en la cama y puse la foto en la mesilla. No pude evitar sonreír, incluso después de haberlo perdido todo, por fin sentía que tenía algo.