Caminaba las tremendas callles destruidas a cenizas. Trasgo se hurgaba la nariz mientras que Milia buscaba comida por la zona. No puedo culpar a Trasgo por ser un inútil, al fin y al cabo era de mi gente. La colisión de esfera acabó con todos, nosotros 3 somos lo último que queda de nuestra aldea, debíamos persistir en la memoria.
Hace rato que tenía la sensación de que alguien nos estaba observando, pero a lo mucho que alcanzaba era a ver como un par de hojas de los árboles se tambaleban. Pero ¿Qué provocaba eso?
Milia gritó y fui corriendo en su busca, varias bayas estaban espachurradas en el suelo y hacían un camino pegajoso de jugo. La cesta estaba tirada en el suelo, por la dirección en la que había caído figuré que estaría al noroeste.
Me adentré al bosque pero el suelo estaba plagado de hierbajos y las infinitas ramas de los arboles no me dejaban ver con claridad.
Milia no debía estar muy lejos, sus gritos me llevaron a detrás de un arbol. Estaba apoyada en la un piedra hecha bola mientras que otra chica la miraba curiosamente.
- ¡No me toques extraña!- Refunfuñaba agarrada de sus hombros.
- Nunca había visto a una salvaje. No sabía que quedaban aún, creí que Noxus ya los reclutó a todos.- La joven era bastante atractiva, a diferencia de Milia y de mí iba tan limpia, tenía el pelo sedoso y pulcro. Su tez era algo morena, el cabello le llegaba por la espalda. Se le veía tan lacio. Me sentí tan asquerosa a su lado. Ni Milia, ni Trasgo ni yo nos habíamos duchado en meses. No es lujo que nos pudieramos permitir, mi cara estaba sucia, llena de carbon y polvo y mi pelo era graso y estaba hecho un nido.
- ¿Perdona? ¿A quién llamas salvaje tú, fétida?.- En parte Milia también sentía envidia de ella.
- Ah, perdón. Me llamo Aly, trabajo para Noxus reclutando salvajes que sobrevivieron a la colisión de esferas.
¿Noxus? Oí poco hablar de él y ese poco era que se trataba de un país comunista que trataba de derrocar a la monarquía de otros países. Si es cierto que el reinado de Noxus se extendía rápido como un rayo pero nunca creí que el marxismo me salvaría. De todas formas, son solo meras especulaciones.
- Lo que dices de Noxus, ¿Significa que nos van a reclutar entre ellos? Mi gente y yo llevamos mucho tiempo a la deriva buscando un lugar donde vivir.
- Claro, solo quiero que se nos unáis. Venid conmigo, hacemos un poco de papeleo y seréis considerados noxianos de sangre.
- Tonterías.- murmuraba Trasgo desde el fondo.- ¡Nuestro pueblo nunca será olvidado! ¿Verdad que no, chicas?
- Nuestro pueblo me salvó cuando estaba al borde de la muerte, no puedo olvidar algo así.- Milia soltó una lágrima.
A diferencia de ellos no sentí ningún sentimiento de aflicción por nuestra patria. Me ponían enferma.
- ¿Sois tontos? ¿Vais a morir por el orgullo de los reyes? Creo que lo que Noxus nos quiere enseñar es que no lo necesitamos. Y eso que estáis diciendo, esa sarta de mentiras, esa enfermedad. Morir por un rey al que no le importais... Eso es lo que Noxus quiere erradicar. Aly, llévame contigo. Llévame a Noxus, prometo ser fiel desde hoy hasta el día en el que muera. Ser fiel a mí, no a ningún líder predestinado.- Con el corazón en la mano, traté de ganarme un lugar en Noxus, aunque eso no fuera suficiente.
- Tienes agallas, me gusta. ¿Cómo te llamas?
- Me llamo Jojo, pero bastante gente me llama Yo para abreviar.
- Apartir de ahora, eres Jojo de Noxus. Bienvenida.
Aly llevaba un filo, me hizo un nombramiento como si me tratase de alguien de la nobleza. Es lo más honorable que me han hecho nunca. En mi antiguo pueblo era tratada como escoria, a diferencia de Milia y Trasgo que eran nobles. Mi última misión como esclava fue que cuidara de ellos, así lo hice porque tarde o temprano los iba a necesitar. Pero no contaba con Noxus.
A Trasgo le gustaba tocar a Milia por las noches, como noble nadie nunca le dijo lo asqueroso que era. A Milia no le importaba, ella también le hacía chantaje emocional. Él alimentaba su ego, y le sacaba bastante provecho a Milia. Nunca tuve ningún problema con ellos, pero solo me eran una carga.
Cogí las pocas cosas que tenía metidas en un saco y me las llevé conmigo. Dije adiós a aquella vida de esclava, no quería ser perseguida toda la vida por mi sangre y orígenes. Milia y Trasgo deberían haber entendido que ahora su cabeza y la mía valían lo mismo.
Por el camino hablé mucho con Aly, ella era del alto mando noxiano, una de las cuatro cuchillas del alto mando noxiano junto a Katarina, el general du coteau, y la sombra del filo. No podía creer que alguien de su calibre fuera tan amable con personas de baja cuna. En el fondo yo también era un poco comunista.
Paramos un momento, yo tenía que mear. Cuando terminé fui a buscar a Aly, no estaba en ninguna parte.
- Esa Aly, ¿Dónde está? ¿Será una trampa? Cualquier cosa será mejor que seguir viviendo de esos dos estúpidos.- De repente, ví como todos los pájaros huían de una dirección. Los árboles se sacudían y el suelo temblaba. Fui a ver de que se trataba, era un titán de 3 metros peludo y enorme. En un abrir y cerrar de ojos el titán desapareció y Aly apareció desmayada en el suelo. No podía ser. Aly era un titán, peludo además. Lo mejor en esa situación era hacerse la sueca, y así lo hice.
Aly vino a buscarme en el sitio donde estaba antes, y estaba fresca como una lechuga. Como si no hubiera pasado nada. Con razón era uno de las 4 del alto mando noxiano. ¿Serían todos en Noxus como ella? No, de ser así ella no estaría donde está. Es demasiado bondadosa, si ese poder lo tuviera otra persona no creo que Noxus siguieran en una era de paz.
Más en el siguiente capítulo amigos bactraxios
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talon y yo
FanfictionAdvertencia: lo que están a punto de leer es muy cringe, cliché y tópico. Es cualquier sueño frustrado de adolescente. Como historia es horrible y tiene mucho huecos argumentales, se ruega no tratarlo como una novela serie. Más bien como una alemana...