Capitulo 4 (La Familia)

101 19 14
                                    

Al final la joven Shunrei lo invito de cierta forma al día de campo que tendrán sus amigos.

Pero obviamente debe de interrogar a sus compañeros de armas,

Pues que se atreverían a realizar un plan de esa manera sin aviso lo tomo tan desprevenido, que debió haberse visto como un tonto enfrente de la joven pelinegra.

---En el coliseo---

-¿Por qué no me dijeron nada?- Dragón mirándolos con el ceño fruncido, pero tratando de guardar la calma.

-Perdón Shiryu, pero si te decíamos algo, posiblemente no habrías querido- Andrómeda, bajo la mirada algo triste, tratando de excusarse.

-Seamos honestos, tu no estabas haciendo un buen trabajo- El rubio defendiendo a su pareja, para que no lo hiciera sentir mal.

-Eso...- Apretó su mandíbula pues es verdad -¿Cómo supieron que me estaba yendo tan mal?- Su mirada se tornó triste, se da cuenta de lo patético que es.

-Seiya nos dijo- Hyoga no tenía por qué mentir.

Sonrió tan tranquilo –El lado positivo es que ya no tienes que preocuparte por invitarla, ya paso y aunque ella lo hizo, tienes programada una cita con ella- La persona que ve siempre el lado bueno, ese Pegaso lo hace perfectamente.

Pero aun con el apoyo de sus amigos, se da cuenta de las limitaciones y que es un caso perdido, si no es capaz de hablar con la joven que robo su corazón, para lograr tener una convivencia más romántica.

¿Qué caso tiene que los demás lo ayuden?

Parece como si todo le saliera mal al intentarlo por sí solo.

-No se... Por qué me pongo tan nervioso y olvide todo lo que practicamos para hablarle- Dijo estas palabras, bastante derrotado.

Los otros tres lo miraron algo compadecidos por la situación del pelinegro, queriendo animarlo de alguna forma.

-Te pones nervioso porque quieres mucho a Shunrei- Shun es el más indicado para consolarlo, siempre ha sido capaz de interpretar los sentimientos ajenos y apoyar a sus amigos.

-Pero... A veces creo que soy tan tonto, y no puedo hablar bien, me siento como si no mereciera estar con ella, la hare sufrir por mi deber de caballero- Hablo con la verdad, sus miedos e inseguridades, serán los mismo hasta que logre ser valiente.

-Todos somos tontos en cuanto queremos decir nuestros sentimientos- Cisne hablo, con algo de sonrojo en sus mejillas, desviándola mirada.

Tanto Shiryu y Shun, lo miraron tan atentos, no comprendían a lo que se refiere.

-Ja, ja, ja, ¿Te refieres a la vez que estabas practicando frente al espejo como declárate a Shun y al abrir la puerta te golpeaste contra el mismo y lo rompiste?- El castaño recordando se suceso como si fuera la cosa más divertida del mundo.

Pero sin duda a eso no se refería el joven rubio, pero reacciono bastante enojado.

-¡¡¡NO ME REFERÍA A ESO!!! ¡¡¡PERO POR TU CULPA ROMPÍ ESE ESPEJO Y ME CORTE PARTES DEL PECHO!!!- No tiene tan lindos recuerdos de esa vez -¡¡¡MI MAESTRO ME PEGUNTO VARIAS VECES QUE ME PASO Y ME DABA MÁS VERGÜENZA DECIRLE LA VERDAD QUE MENTIRLE!!!-

-Ja, ja, ja, perdón, pero necesitaba que me ayudaras- De nuevo se excusó tan tranquilo.

-Ya veras, aun me falta hacerte pagar- Lo miro enojado, porque esa vez si le costó caro.

-Me habéis dicho que te lastimaste por cuidar de que Camil no se hiriera con unas espinas y te fuiste contra ellas- El peliverde lo miro algo confundido, pues siempre le ha creído al rubio de manera ciega, y ahora resulta que le mintió en algo así.

Dos Corazones InfantilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora