𝑀𝑒 𝐺𝑢𝑠𝑡𝑎𝑛 𝐸𝑠𝑎𝑠 𝐹𝑜𝑡𝑜𝑠...

4.𝑁𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑒𝑟...(2)

Narra el narrador.

- .... -

Karma quedó en completo silencio, mientras sacaba su propio teléfono.

- ¿Que pasa Karma? -

Preguntó Kayano asomándose a ver qué había dejado sin palabras a Karma, pero este se alejó para que esa acción no se pudiera realizar.

- Nada, esque aquí hay una foto de Nagisa y mía de cuándo fuimos una vez a unos árboles de cerezo y no sabía si Nagisa la tenía, la foto, entonces me la pasaré a mi teléfono. -

- ¿Podemos verla? -

Preguntaron todos.

- No, ¿Para qué? No hace falta. -

Y Karma se pasó todas las fotos de esa carpeta a su teléfono por WhatsApp, luego, borrando el mensaje solo para Nagisa y listo.

- Ya. -

Karma guardó ambos teléfonos en su bolsillo.

- ¿Karma te lo vas a llevar? -

Preguntó Maehara.

- Si. -

Karma salió de clase con ambos teléfonos y se fue afuera, encontrándose con Nagisa.

- Oye Nagisa-Chan. -

- Nagisa-Kun, Karma-kun. -

- Si, si cómo sea, mira, tu teléfono se te cayó en clase, fui a beber agua y lo encontré en el suelo. -

Karma sacó el teléfono de Nagisa de su bolsillo, dándoselo al peliazul.

- Oh, gracias Karma, no me di cuenta, podría a ver caído en malas manos. -

Nagisa metió su teléfono en su bolsillo.

- De nada, y creo que ya es hora de irnos así que vamos a recoger nuestras cosas y nos vamos, ya sabes el trabajo que nos dió Koro-Sensei y tienes que venir a mi casa. -

- Lo sé, bueno vamos a clase por nuestras cosas. -

Nagisa y Karma entraron a clase, ahí estaban Maehara, Nakamura, Terasaka y Kayano, no se habían ido aún.

- ¿Uh? ¿Que hacéis aquí? -

Preguntó Nagisa al grupo que estaba en la mesa de Nakamura.

- Nada, aquí estamos porque no hicimos educación física. -

Dijo Nakamura.

- Ya lo veo pero digo que porqué -

- Bueno...A Terasaka le duele el codo, a mi la pierna, a Kayano el cuello y a Maehara la pierna cómo a mí. -

- Si, que mala suerte que ayer estuvimos haciendo parkour. -

Se lamentó falsamente Maehara.

- Ya, bueno, Karma y yo ya nos vamos. -

Nagisa agarró la bolsa de Karma y la suya, dándole a Karma la suya, así lléndose ambos de la clase, cada uno dirigido hacia su casa.