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" El día que akutagawa se dio cuenta que se parecía un poco, Solo un poco, a su jefe"




[°°°]


Akutagawa sabia que definitivamente ya tenía un problema.

Esa mañana se encontró al albino cuando iban hacia sus trabajos y decidieron pasar antes por algo para desayunar.

Habían pasado por una tienda con rosquillas luego del desayuno y él chico dijo que le gustaría probarlas algún día, luego se despidió y corrió hacia la agencia pues empezaba a hacersele tarde.

Akutagawa inconscientemente tomó nota mental de las palabras del chico y llegó a la base de la port mafia.

Al medio día atsushi recibió como ya era costumbre un almuerzo de uno de los subordinados de akutagawa, más ahora también había una bolsa con rosquillas.
Ranpo iba a tomar una pero se detuvo y sonrió

—oh

—¿no va a tomar una ranpo-San?

—en esta ocasión no atsushi-kun

Y regreso a su escritorio con la bolsa de gomitas que le habían enviado.

Atsushi terminó su comida y miró la bolsa de rosquillas, eran obviamente de la tienda que vieron esa mañana y sonrió mientras las guardaba para comerlas durante el trabajo.
En algún momento dazai las vio y quiso agarrarla pero rápidamente fue interceptado por ranpo y kunikida para alejarlo de esas deliciosas rosquillas.

durante todo el día la agencia fue testigo de como atsushi picaba de rato en rato las rosquillas hasta casi ya no tener ni una. por las reacciones casi imperceptibles del albino la agencia intuía que eran realmente sabrosas.

la agencia sabia que atsushi había sido privado de muchas cosas, demasiadas para solo tener 18 años, una de ellas era disfrutar plenamente de la comida, por eso, decia rampo, el chico trataba de no mostrar tanta emoción al comer algo debido a que cuando lo hacia en el orfanato era regañado y castigo por supuestamente "robar dulces". la única ocasión donde lo veían disfrutar libremente de alguna comida era cuando esta involucraba chazuke o estaba rodeado de gente cercana a él.

entre ellos estaba akutagawa y principalmente dazai y kunikida. quienes si no estaban ocupados llevaban al chico a comer mínimo dos veces al mes a algún restaurante con chazuke.


en esta ocasión akutagawa no esperaba a atsushi. ni siquiera era su plan cruzárselo debido a que el mafioso se encontraba en su propia casa disfrutando de la tarde. sus trabajos eran más de noche pero ese día en particular decidido terminar todo rápido y bien como solo el sabia, y fue a recluirse en su propia casa.

a eso de las cuatro de la tarde alguien toco el timbre de la casa. el mafioso se levanto de su cómodo sofá para abrir, mas al hacerlo se encontró con unos hermosos ojos bicolor que lo miraban con un brillo muy inusual para quien visita a quien a matado en más de una ocasión a lo largo de su corta vida. el chico frente a él no espero invitación alguna y paso por debajo del brazo de akutagawa que sostenía el marco de la puerta y fue directo a la habitación del mafioso para probablemente esconderse entre las mantas de su cama a esperar por el dueño de la casa.

a akutagawa no le sorprendía la visita, de hecho no sabia por que estaba en otro lado menos en la tierra. pero es que su mirada. esa mirada. esa simple mirada que le regalo el detective le hizo sentir muchas cosas en segundos, se sentía perdido, casi sin aire. sabia que no era tos pero se acercaba al sentimiento. sintió su cara algo caliente asi que se tapo con su mano que aun sostenía la perilla de la puerta, conto hasta veinte, respiro y cerro para caminar hasta su sofá y tomar el libro que había estado leyendo para ir rumbo hacia el gato casero que ahora confirmaba; estaba escondido entre sus mantas y almohadas, sobre su cama y viéndolo con esos ojos dorados que solo podían significar que el tigre también lo veia y muy probablemente juzgaba.

-hazte a un lado- su voz salió mimosa. como quien realmente le habla a su mascota

el chico bajo las mantas parpadeo, ladeo la cabeza y se volvió a esconder. akutagawa ni siquiera intento ocultar la sonrisa en su rostro. sentía paz.

atsushi volvió a mostrar sus ojos de entre las sabanas y al ver que el mafioso no se movía de su lugar, saco su mano para hacerle señas de que se acercará. el azabache obedeció y en un impulso le tomo de la mano. justo cuando ambas manos se tocaron el azabache pensó en alejarla pero el albino la sostuvo con decisión y lo jalo hacia él. quería que entrara a las mantas, asi que akutagawa aun sosteniendo el libro con su otra mano se metió bajo las mantas.

Ni siquiera era un fuerte o algo similar. solo eran dos chicos bajo varias sabanas y rodeados de almohadas, pero a akutagawa no podía importarle más pues el chico frente a él le puso una almohada en sus piernas y recostó su cabeza en ella, viendo directo al mafioso par proceder a tomar el libro y dejarlo sobre su propio vientre y así tener total libertad de sostener las manos frías y delicadas de la persona con, probablemente, mas sangre de todo yokohama. pero atsushi tampoco le importaba realmente. 

si atsushi era honesto consigo mismo, solo había ido al departamento del azabache para agradecerle las rosquillas y para invitarlo a cenar. pero en el  momento en que el chico le abrió la puerta portando solo una sencilla camisa, pants y calcetas negras como si fuera un fin de semana nublado simplemente sintió el impulso de refugiarse en su cama para controlar su desbocado corazón. y cuando sus manos se tocaron algo dentro de el le dijo que quería más contacto. hasta por el más sutil estaría eternamente agradecido. por eso decidió acostarse ahí.

ninguno se cuestiono realmente la situación. solo se miraban a los ojos tratando de saber que pensaba el otro y estando de acuerdo en que no importaba lo que fuera por que estaban dispuestos a escuchar absolutamente todo del otro

akutagawa bajo su rostro hasta posar sus labios en la frente de quien con anterioridad osaba llamar enemigo. no era realmente un beso, solamente poso sus labios en la frente contraria mientras una de sus manos sostenían y acariciaban los rebeldes rayos de plata. los dispares ojos del chico bajo el estaban cerrados, disfrutando el momento y manteniendo la mano que aun sostenía las suyas e su pecho, acariciándolas.

atsushi pensó que podía vivir en ese momento eternamente.

y akutagawa comprendió un poco a su jefe y su necesidad de cuidar y consentir a alguien. incluso entendía a dazai cuando hablaba de como odasaku daría todo por él y viceversa.

solo quería ver a ese tigre feliz y risueño como siempre trataba de mostrarse.







[°°°]


me gusto este capitulo pero debo decir que no estaba planeado desde que rampo rechaza las donas. ósea, sabia lo que quería en el capitulo. akutagawa yendo de compras con atsushi, este nervioso y el otro teniendo la enorme necesidad de comprarle y darle todo lo que quisiera. por eso el "el día en que akutagawa entendió a su jefe" por que akutagawa comprendía el por que a mori le gustaba tanto gastar en elise y hacerla feliz

pero al parecer youtube no queria que siguiera con mis planes por que decidió poner una playlist llamada "a playlist for people who are always the second option" y son canciones tan tranquilas que la situación y las palabras simplemente fluyeron de acuerdo con el tono de las canciones.

este libro ni siquiera iba a ser precisamente romántico, solo akutagawa dándose cuenta de que estaba perdido y tenia la muerte detrás, y quien sostenía el arma era atsushi pero ustedes díganme, ¿va bien asi? ¿se entienden los sentimientos de estos dos?


en fin, disculpen las faltas de ortografía, cuando este completo lo revisare y corregiré.


¡¡gracias por leer!!

моя голова винтом [Shin Soukoku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora