AMNESIA《Len x tu》

XI: Primer acuerdo

Incluso cuando siento que te pierdes en tus propios pensamientos, me esfuerzo por ser tu guía. Quiero estar ahí, aún cuando tus recuerdos todavía no puedan estarlo.
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𝓐𝓶𝓷𝓮𝓼𝓲𝓪
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POV ___

-¿En dónde demonios se metieron? -mi voz estaba cargada de frustración mientras miraba a mi alrededor. El centro comercial parecía inmenso, y mis hermanos, junto a Len, se habían desvanecido como si el lugar los hubiera engullido.

Akaito, a mi lado, arrastraba los pies, con los hombros caídos. Parecía tan cansado como yo, pero no por la búsqueda, sino por el esfuerzo de fingir un poco de interés en encontrarlos.

-Tal vez se fueron a comer algo. -Su tono era desinteresado, pero pronto su expresión cambió. Una chispa iluminó sus ojos y un gesto dramático de desesperación apareció en su rostro-. Yo tengo hambre.

Me detuve en seco, mirándolo con incredulidad mientras él aprovechaba para aferrarse a mi brazo.

-Vamos a comer algo y los buscamos más tarde. -Su propuesta era más un ruego, y su mirada suplicante añadía un toque teatral a su pedido.

-¿De verdad estás considerando abandonar la búsqueda solo porque tu estómago lo dice? -Levanté una ceja, sin decidir si reírme o reprenderlo.

-Ellos están con Len, no les va a pasar nada. -Akaito respondió encogiéndose de hombros, su tono era despreocupado, como si ya hubiera llegado a la conclusión de que no valía la pena estresarse de más. Después señaló dramáticamente su abdomen-. Además, mi pobre bebé está rugiendo hace horas.

Solté un suspiro exasperado, aunque en realidad no pude evitar reírme un poco de su frustración. Antes de que pudiera siquiera responderle, una voz grave nos tomó por sorpresa desde detrás.

-Entonces esto te va a encantar.

El sobresalto fue inmediato, y ambos nos giramos rápidamente, encontrándonos con Len. En su mano sostenía una brocheta que ofreció a Akaito como si fuera la solución a todos sus problemas.

-¡Oh, por Dios! -La exclamación de Akaito fue casi teatral, y su reacción exagerada me hizo soltar una risa suave mientras él tomaba la brocheta como si fuera un premio divino. Con lágrimas en los ojos, añadió-. Te besaría si no fueras hombre.