Como Calígula, adopto a Nerón y el neón de esas luces a la flor la atacan, creando la fotosíntesis en esta sala.
Tengo 10.000 poetas haciendo la obra más bella escrita sobre esas alas, las de la mariposa, que en esa flor se posa y convierte ese aleteo fugaz en prosa.
La escarcha, tras esa noche borrosa, crean al unísono la estela de esa estrella convertida en piedra preciosa. Yo el principito, tú, la flor. Tras nosotros el agujero negro tragándonos.
Te arrojo hacia el sol, porque en esta oscuridad acabaremos los dos marchitándonos. Pero tranquila que junto a ti me hallaré, como en Interestelar las pautas te lanzaré.
No te prometo un mundo de rosas, porque el mundo se me queda corto para lo que ansío hacer contigo, Debatiendo si el buen amor es la gloria o la perdición.
Supongo que lo averiguaremos con el tiempo y no por vagas frases escritas una noche de soliloquio, usando la razón en vez de las heridas.
Me cansé de esperar y ver que no venías, me olvidé de los demás, por el mero hecho de esperar cuál perro en la puerta la vuelta de tus caricias.
Ya son muchos otoños, y las hojas no son las mismas, el árbol sigue, pero no con los afeites de los que antaño te enamorarías, o eso me decías.
Solo escribo estas frases, para que si algún día te dignas, veas que te olvidé gracias a nuevas aves reconfortando esos agujeros que dejó, aquel pájaro carpintero en mi cuerpo, pensando que solo a mí me dañaría, pero para más inri todavía, ella misma también saldría malherida.
Ahora comienzan a llegar las lechuzas, aunque antaño también hubo picazas tratando de adueñarse de mis riquezas.
Solo quiero que veas, lo poco epicúreas que fueron tus ideas, de cínicas y nimias, las catalogaría.
Aunque siempre me dijiste que no te gustaban las etiquetas, pero ahora, todos te ven como algo que comprar y no cuidar, de usar y tirar.
Sé que por eso volverás, pero como te dije ya no son las mismas hojas, ni el mismo árbol.
Sigo firme, pero poco a poco el viento me va ganando y ese cansancio no implica rendición, sino cambio.
Por lo que solo me queda agradecer esa primavera, que luego acabó en verano, y tras de sí un otoño algo atormentado.
Me sirvió para entender que esto es un ciclo, el seguimiento de un hilo, por lo que el agua que ayer bebí, en otro momento a otro también llegó a nutrirlo.
6-02-21