Capítulo único

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Por orden real, cada doncella, entre diecisiete y veinte años, perteneciente a nuestro reino de Fulgur debe asistir al baile en honor al príncipe y su aniversario de nacimiento. El evento comenzará al caer el sol la noche previa a la navidad, para así poder celebrar con júbilo los veintidós años que nuestro honorable príncipe recibe esa noche.

...

Desde niño, Louis había sido educado con ahínco y determinación. Por eso el príncipe estaba en la situación que, si leía dos libros más, podría convertirse en un erudito.

Todo había sido porque su padre, el rey, deseaba tener un sucesor que no solo cumpliera con las tareas monárquicas y militares; quería que su hijo tuviera el gusto por el conocimiento que su difunta madre tuvo en vida.

La reina Halia, gran conocedora y sabia consejera, se alió a la familia real cuando fue unida en matrimonio con el, en ese entonces, próximo heredero al trono, Arthur Tomlinson. Su amor fue dulce y admirado por todas las jóvenes parejas del pueblo; todos soñaban encontrar a alguien que amara tanto como Halia y Arthur lo hacían.

Y luego de unos meses, en una noche nevada, llegó a sus vidas el príncipe Louis William Tomlinson. Quien trajo esperanzas al reino devastado por la tristeza de que su príncipe nunca abrazaría a la mujer que lo trajo al mundo, ya que ella había entregado su vida dándolo a luz.

Es por eso que el rey no ha descansado en torno a los estudios y pasatiempos de su único heredero. Él deseaba con fervor tener un poco de su amada esposa en su hijo. Extrañarla le era inevitable, pero diario era consolado con los brillantes ojos de su príncipe, que eran exactamente unas copias a los de su madre.

Louis ya tenía una rutina desde los quince años, todos los días era despertado y atendido, para después recibir su desayuno. Luego de esto se dedicaba a estudiar o a leer y ya terminadas las actividades, es dirigido a sus lecciones de lucha con espada. Todo lo anterior es antes del almuerzo, el cual es el único momento en el que puede compartir con su padre en el día, además de la cena. Durante la tarde, tiene el permiso de pasar el tiempo con su mejor amigo e hijo del consejero real, Zayn.

Con Zayn todo es más ameno; es un joven relajado de rasgos delicados y hermosos, que tiene un talento innato para la pintura y su sueño es algún día llegar a ser el pintor oficial de retratos de la familia real. Ya había comenzado a practicar sus habilidades con la mascota gato de Louis, Artemisa.

Según el artista, su gata con nombre de diosa tiene una "Belleza que es casi intelectual, por lo que ella debería ser la heredera, no tú, Louis, sigues siendo muy feo para que el reino te mire sentado en el trono."

Pero todo esto eran bromas entre amigos, claro está, porque Louis es todo lo opuesto a feo que podría definirse. Aún sabiendo que la belleza es subjetiva, el próximo heredero cumple con todos los requisitos de una persona simplemente bendecida por los dioses con belleza, o en este caso, bendecido con los rasgos de su madre.

Cuerpo menudo y pequeño con unas leves curvas, piel acaramelada de aspecto suave, plumoso cabello castaño (un poco imposible de peinar, lo que causaba ataques al peluquero real), pómulos prominentes acompañados de mejillas sonrosadas, una nariz pomposa y unos labios finos. Todo adornado en lo que podría ser su más característico atributo, brillantes y hermosos ojos azules.

Todo en Louis revelaba poder, incluso con su poca altura a sus veintiún años y las curvas un poco extrañas para un hombre que su cuerpo presentaba. Su pueblo le respetaba y quería, era amable, preocupado y cariñoso con los demás. Además se dejaba el tiempo para saludar a cada uno de sus próximos súbditos y a veces soltar una broma, su padre llamaba su atención después de lo último, ya que los conocidos comentarios del príncipe era una de sus muchas formas de romper el protocolo.

Por orden del rey [l.s] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora