La vida parecía haberse estancado en un profundo miedo hacía el conocido virus. El guión dramático de aquellas películas de acción cobraba vida y a la vez nos la quitaba, la ventana mostraba las escenas donde los actores desaperecieron dando el papel principal a los edificios, vegetación o algún que otro vehículo que pasaba.
Podía sentir como el tiempo transcurría de una manera lenta, me mantenía sentada en la silla giratoria del escritorio, esperándome una larga lista de trabajos tanto escolares como domésticos.
No había pasado más de un mes desde el confinamiento y podría decir que me sentía una prisionera de unas paredes. Tras un leve recorrido por los edificios que se encontraban enfrente, observando que nada cambiaba levante por fin mi culo, podría decirse que ya cuadrado al tomar el molde del asientoEncendí la radio que estaba a un lado de mi escritorio, que también tenía Bluetooth, para conectarlo con mi móvil.
Estaba claro que me encontraba en uno de esos días medio depresivos, las ganas de hacer nada rebosaban dentro de mí. Por lo que tome la elección de buscar en el playlist de Spotify, que gastaba batería pero otra no me quedaba ya que no tenía espacio para descargar canciones de foma ilegal, y aunque me gustará apoyar los artistas la economía familiar ni daba para te tanto y por tanto tampoco lo tenía para gastarlo en la aplicación, pequeños lujos que parecían necesarios al salir los anuncio.Bufé esperando a que acabará, mientras abría la ventana dejando que se ventilara la habitación. Que por cierto daba al balcón que se accedía por el salón.
Arregle el escritorio ordenando los papeles que estaban esparcidos, hice la cama, ordene la poca ropa que utilizaba, las típicas camisetas que fueron para salir algún día, revisé los mensajes, todo al son de The weekend.
Salí de mi habitación pudiendo escuchar vagamente algunos insultos desde la habitación de mi hermano confirmando que acababa de perder o cagarla en el juego.
Rode los ojos al ver como ni siquiera había empezado con las tareas de la casa.
Ande hacía su cueva e irrumpi en la casi oscuridad completa si no fuera por la tenue luz de la lampara de noche y de la pantalla del ordenador.ㅡ Joder, pásame balas.... ¿No ves que molestas?
Lo último fue dirigido hacía mi al ver como levantaba rápidamente la vista del videojuego.
ㅡ Dejaría de molestar si hicieras tus obligaciones, mamá-
Me irrumpió presionando a un botón de los auriculares, supongo que sería psra silenciar el micrófono.
ㅡ Me lo dice la que aún lleva el pijama y un moño de loca.Alce mis manos hacía el cabello, a decir verdad el recogido de anoche estaba más suelto de lo normal, el cabello se encontraba algo desarreglado, un poco bastante.
Gane una risa del contrario.ㅡ Solo limpia el polvo, y abre la ventana, que entre algo de luz.... De paso abre la ventana, huele a oso.
Arrugue mi nariz por la humanidad que desprendía la habitación.
Tome el trapo encima de su mesa, tirándose lo al cuerpo, y salí rápidamente de la habitación evitando comenzar una discusión.ㅡ¡Por algo la llamo cueva idiota!
Medio grito a la vez que se escuchaban ruidos, esperaba, no más bien rezaba porque me ayudase en las tareas.
Ande el pasillo de vuelta, pero esta vez pase al salón, que se encontraba justamente al lado de mi habitación, pared con pared.
De ahí al balcón que era donde guardabamos la escoba, cojedor y fregona.
Tome los dos primeros cuando una voz me asustó.ㅡ Lau, ¿Te gusta mi muñeca?
Salte casi del susto al escuchar a mi vecina de balcón, mostrándome su muñeca mientras alzaba y movía su mano.
ㅡ Eh, si es muy bonita May.
Maylin era su nombre completo, había sido hace un par de meses su niñera y la verdad, adoraba a esa pequeña.
ㅡ Ekain piensa lo contrario. ㅡ Creo un tierno puchero, cambiando su vista hacía su muñeca de trapo.
ㅡ Seguro no la miro bien, dime ¿Que haces aquí sola? ㅡ No tardo en contestar con una risa. ㅡ
ㅡ Te oí salir.
Y quede impresionada, vaya oído que tenía.
ㅡ ¿Estas sola?
Negó ahora tomando la muñeca entre ambas manos.
ㅡ Ekain esta jugando, no me hace caso.
ㅡ Te entiendo-De nuevo fui interrumpida, la aparición de su hermano se hacía demorar, la pequeña May era todo un trasto difícil de entretener.
ㅡ May, ¿Que haces en el balcón? ㅡPregunto saliendo con un chándal negro, algo ancho para su cuerpo que era atlético, el cabello alborotado, seguro por los cascos.
ㅡ Hablaba con Lau.
Seguía con mi escaneo, y un pensamiento cruzó por mi mente, "una foto te durará más Laura", riéndome por este y aparentando ser una loca.
ㅡ Si ya veo, pero no tienes permiso para salir aquí, es peligroso y hace frío.
ㅡ Tiene razón. ㅡ Que ingeniosa, quería darme una bofetada al notar su mirada burlesca, con una creciente sonrisa.
ㅡ Pero yo quería saludar.
ㅡ May eso da igual, las normas son así, adentro vamos ㅡ Y la pequeña entro a su casa nuevamente no sin antes despedirse con su mano.
ㅡ Buenos días gatita. ㅡ Ahora dejo de contener su risa. Mi pijama de una pieza, o mono, llevaba diferentes dibujos de dicho animal, con una bonita capucha con orejas. Demasiado bonito y caliente, a la vez que vergonzoso si veías a tu crush desde hace años.
ㅡ Que gracioso que eres. ㅡ Rode los ojos evitando pensar en el sonrojo de mis mejillas.
ㅡ Si bueno, es un don que tengo...
ㅡ Buenos días para ti también. ㅡ Los eran, por lo menos para mí.
ㅡ Te los daría pero viendo que te toca limpiar...ㅡ El timbre de su piso sonó.
¿El cartero?
Sus padres no aparecían hasta su descanso después se la comida... El cartero tampoco, solía pasarse antes por mi bloque, lo hubiera escuchado ya que el ruido estridente traspasaba por la ventana que mantenía abierta, como último recurso era demasiado temprano para su llegada.Deje mis pensamientos al ver como su sonrisa se borraba.
ㅡ Prefiero un hola, y suerte con ello. ㅡ Se burló, aunque ese mismo tono que utilizaba no llegaba a sus ojos.
Comprobé que aún tenía en las manos la escoba y cojedor, era un poco corta de mente cuando este hombre aparecía enfrente de mi después que se adentrará en su piso.
Malditas hormonas. Entre a mi casa, cerrando la puerta, dando un par de pasos para desaparecer de la puerta de cristal y comenzar con mi festejo.
ㅡ Un buen día, si.