Capítulo 2

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El Sr. Jonas me pasa y deja su caja de herramientas sobre el piso de baldosas, así puede examinar el fregadero. Mientras está distraído, me inclino contra la

puerta, y muy lentamente aprieto el pequeño botón en el pomo para cerrarla y luego me apresuro a unirme a él en

el baño. Agachado, abre el gabinete y mira en la oscuridad, sus cejas se juntan.

-No veo nada goteando. -Su tono es acusador.

Me inclino contra el marco de la puerta. - ¿Seguro? Deber ser la otra tubería.

Tomó menos de un segundo que él se dé cuenta que me había inventado todo. Agarra su caja de herramientas, su

cara oscureciéndose mientras me mira. -Esto no es gracioso, ______.

Bloqueo su camino, bajo mi voz a un ronroneo seductor.

-No, no lo es -Me levanto sobre la punta de mis pies, me inclino hacia adelante y pongo mis labios sobre los suyos, mis brazos deslizándose alrededor de su cuello

mientras oprimo mis caderas contra él... haciéndole saber cuánto lo quiero.

El Sr. Jonas se aleja, sus manos rodeando mis antebrazos y alejándome más. -_____...

-No le diré a nadie. Será nuestro pequeño secreto -Lo beso otra vez, lamo sus labios, saboreando su sabor, el almizcle.

Su cuerpo se tensa en respuesta, su cara se oscurece.

-_____. Esto está mal.

- ¿Por qué? ¿Por qué eres el mejor amigo de mi papá?

-Así es. Y eres demasiado joven.

Me acerco más mientras está distraído, empujándome contra su cuerpo. -Silencio. Tengo dieciocho.

Simplemente piensa lo bueno que podría ser esto -Froto mis labios sobre los suyos otra vez, mordisqueo su labio inferior y lo trazo con la punta de mi lengua. Libero un

brazo de su agarre y deslizo mi mano abajo hacia su entrepierna, el triunfo me llena cuando lo encuentro duro

bajo sus vaqueros. Su polla salta contra mi mano al primer toque, y aprieto su erección. Me muero por tenerla golpeando en mi interior.

Deslizo mi lengua en su boca y le doy un beso ávido, dándole tanto como estoy tomando. Saboreo su sabor, canela y clavos con un poco de picante. Varonil.

El Sr. Jonas ya no estaba resistiéndose. Me regresa el beso. Tímido al principio, aventurándose en mi boca, con

indicios de lengua. Este es el hombre que conozco, tranquilo y de toque suave.

Pero luego el beso cambia. Profundo, fuerte y casi me hace caer sobre mis rodillas. Él es agresivo, demandante, sacando mi deseo mientras sus manos

vagan, aprietan y pellizcan.

Joder.

El Mejor Amigo de mi padre (Nick Jonas y tú) EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora