ALPHA KAPPA THETA PO

Se sentía nerviosa, encontrarse con Noona por primera vez fuera de clases era algo emocionante pero intimidante —muy intimidante—. Aunque llevaban tiempo hablando ya, y sabía que ella era la persona más relajada y genial de Hogwarts —junto a su hermano Seokjin—, no podía evitar sentirse inquieta. Las manos le sudaban como siempre, Anne intentaba secarlas rozándolas en la tela de su pantalón.

Miró hacia todas las direcciones dentro del establecimiento, pero estaba casi vacío —algo raro en "Las tres escobas"—, suspiró antes de dar un sorbo a su ron de grosella roja. Se sentía extraño estar sola en Hogsmeade, así que deseaba que ella llegara pronto. Echó una miradita a su celular, esperando distraerse mientras Noona llegaba. La nueva versión de "El Quisquilloso" para móviles era su más reciente obsesión, sobre todo aquellas historias cortas de ficción sobre "el elegido" y algunos chicos de la escuela que algunas fans publicaban anónimamente. Tenía que aprovechar que estaba fuera del instituto, usualmente los dispositivos electrónicos no funcionaban tan bien en Hogwarts.

—¿Anne? —escuchó. Dejó la lectura incompleta para girarse en busca de la conocida voz a sus espaldas.

—Noona —sonrió al reconocerla—. ¿Quieres. . . ?

—Oh —Noona interrumpió—. Mi cartera —dijo mientras buscaba removiendo todo dentro de su bolso—. No está. Debe haberse caído cuando saqué mi móvil allá afuera. . .

—Vamos —Anne se levantó de la mesa—. Te ayudaré a encontrarla, seguro debe estar tirada por alguna parte.

Noona sonrió, esa era justo la respuesta que esperaba. —¿De verdad? Gracias, Anne —dijo con voz dulce y ambas salieron de la taberna.

—¡Desmaius! —fue lo último que escuchó Anne, antes de perder la consciencia.

ººº

—¡Rennervate! —pronunció Clara, apuntando con su varita hacia Anne.

La chica despertó y se movió lentamente, incorporándose poco a poco. Parecía aturdida.

—Hola, Anne —saludó amigablemente Helen. Anne lucía todavía más confundida.

—¿He- Helen? —tartamudeó. No esperaba verla allí, otra Hufflepuff como ella. —¿E-en dónde estamos? —preguntó Anne tímidamente al sentirse observada por el resto de chicas que la rodeaban.

—Obviamente en la Sala de Menesteres —respondieron a la par Mile y Khindy. Luego se observaron y rieron juntas.

—Wow —exclamó Anne—. Es que nunca había estado aquí antes.

—Bueno, bueno —Noona se abrió paso entre las chicas y se dirigió hacia Anne—. Seguro debes preguntarte por qué estás aquí, y por qué esto es más misterioso que reunión de secta.

—¿Y no lo somos acaso? —preguntó una de ellas, sonriendo.

—No. Bueno, sí . . . —admitió Noona.

—Claro que lo somos —Anne observó a la chica que hablaba, le pareció reconocerla, era Sara, de la casa Gryffindor—. Y adoramos benévolamente los muslos de Jungkook.

—¿Jung--kook? —Anne murmuró para sí misma. ¿Acaso hablaban del más pequeño de los F7? Recordó sus muslos y reconoció que claramente serían objeto de adoración, estaba casi segura de que se referían a él.