Prólogo.

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Wundagore Mountain, Transia, Europa. 1989

Un par de científicos se encuentran trabajando para descubrir los secretos de una sustancia entregada a uno de ellos por un extraño hombre en la vieja conferencia del Dr. Nathaniel Essex, que prometía ayudarlos a descifrar los códigos genéticos de los humanos. Herbert Wyndham había arriesgado su carrera para convertirse en una especie de Dios que sería capaz de modificar a su conveniencia la genética, miles de planes y opciones pasaron por la cabeza del científico, pero fue hasta que aquel extraño le entregó una misteriosa sustancia que logró acercarse a su objetivo. Wyndham llamó a su compañero Jonathan Drew para continuar con su trabajo, ambos científicos decidieron establecer su base de operaciones en Transia, lugar que se había convertido en su hogar desde hacía ya varios años.

Después de realizar varios experimentos Wyndham y Drew lograron evolucionar animales en formas humanoides dando paso a la creación de a quiénes ellos llamaron "Nuevos Hombres", con este reciente éxito, Wyndham creyó que era un nuevo Dios en el universo, uno capaz de modificar la vida a su antojo.

Una oscura noche, escucharon un sonido proveniente de las puertas de la base, un hombre de aspecto cansado y temeroso estaba frente a la puerta buscando desesperadamente llamar la atención de los habitantes del lugar, ambos científicos decidieron averiguar quién era la extraña visita, pues su base se encontraba en una montaña alejada de todos. Con las manos temblorosas y la voz a punto de quebrarse, el hombre, en un sonido casi inaudible les dijo:

- ¡Huyan!, él ya viene.

Con una sonrisa divertida, Wyndham observó por un momento en silencio al hombre, ¿Qué clase de broma era esa?, el científico con voz tranquila lo invito a resguardarse del frío:

- Por favor pase, las noches por aquí son muy frías y por su aspecto debió haber estado caminando por mucho tiempo para llegar a nuestro hogar. Mi nombre es Herbert Wyndham y mi compañero es Jonathan Drew - mencionó señalando al hombre junto a el.

- Es un gusto conocerlo, adelante por favor - dijo Drew haciendo un gesto con su mano alentando al hombre a entrar.

El inesperado invitado dió un paso hacia el frente, dudando si debería o no aceptar la invitación de ese par de extraños, sin embargo se retractó de su acción y siguió a un pie de la puerta. Al comprender la negativa, Wyndham volvió a hablar:

- ¿Quién es usted? ¿A qué debemos su visita en medio de esta fría noche?, salir en medio de estas condiciones climatológicas puede traerle fuertes problemas de salud.

El hombre parecía seguir absorto en sus pensamientos y solamente fue capaz de pronunciar las siguientes palabras:

- Soy Magnus y he venido a entregarles una única advertencia, salgan de este lugar que no les pertenece. Él ya viene y no desea extraños que profanen su morada.

El rostro de Drew se tornó sombrío y el terror podía notarse en sus ojos, mientras que el científico a su lado no podía ocultar su risa ante tan patético acto de ese hombre que momentos antes se había identificado como Magnus. Intentando mostrarse serio ante tal situación Wyndham pidió al temeroso hombre que se marchara de su hogar

- Bien señor Magnus, aunque mi compañero y yo agradecemos su amable visita en medio de la noche, me veo en la necesidad de pedirle que se retire, me queda claro que ha entregado su mensaje y puede decirle a "Él" que es bienvenido cuando lo desee.

Al terminar de decirlo el científico intento cerrar la puerta de su inusual hogar, pero el pie del insistente hombre se interpuso en su camino

- Yo intente advertirles pero veo que ustedes son un par de necios arrogantes, Chthon vendrá a reclamar su territorio y ni ustedes, ni ese grupo de humanoides serán capaces de librarse de su ira.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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