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— Entonces....

— Entonces lo llamé maldito impuntual.

— ¿Y...?

— Y ese chico, Mark, escuchó como lo maldecía pensando que eras tú.

— Así que...

— ¡Así que es tu culpa! Nada de esto hubiera pasado si hubieras llegado a tiempo. Tú si que mereces todas mis maldiciones — exclama Taeyong, revolviendo su cabello claramente frustrado.

Siente tanta vergüenza que incluso apagó su celular por si Yuta decidía que era buena idea llamarlo de vuelta.

— Bien, llegué tarde, pero el idiota que llamó a la persona equivocada fuiste tú — responde Jaehyun aguantando la risa.

Taeyong mira cómo los pequeños rizos naturales de Jae caen por su frente y le dan una apariencia incluso más relajada de la que siempre tiene. En un día normal le diría que luce bien, pero hoy solo quiere tirar de su cabello hasta que le pida perdón por haberle obligado a gastar parte de su saldo al llamarlo y por ser el causante de haber contactado a Yuta por accidente.

Bien, realmente le está echando la culpa para aliviar un poco toda la pena que siente. En realidad pensó tanto en Yuta y su último mensaje — ese que no respondió — que su inconsciente le hizo llamar al japonés en lugar de a Jaehyun como se supone que debía hacerlo.

— Pero...

— Pero nada ¿No eres tú más idiota por haber huido de Nakamoto ayer? No le hablas por semanas, el día en que decides responder te sientes un poco expuesto y vuelves a ignorarlo. Hoy lo llamas por accidente y descubres que está enfermo y ahora apagas tu celular sin antes haberte disculpado con él y su amigo.

— Joder Jaehyun ¿Puedes parar de atacarme? Le pedí disculpas ayer por haberlo descuidado.

— Sí, bueno, le dijiste que estuviste ocupado y no es del todo cierto. Además, una disculpa no sirve de nada si le haces lo mismo unas horas después.

— ¿De qué lado estás, eh?

— Del lado de Nakamoto, por supuesto.

Taeyong le mira con reproche y resignado se deja caer en la cama de Jeong, sin importarle que la gorra gris que antes estaba usando terminara en el suelo. No puede molestarse con Jaehyun, al menos no por decirle la verdad.

— ¿No debes volver para cuidar de tu hermano?

— No tengo ganas de regresar a casa porque no tendré más opción que ser esclavo de mis padres, ayudar a Jisung con sus tareas y después salir a trabajar.

— ¿Eso no lo haces siempre?

— Mira, solo quisiera tener un día de paz — suspira, abrazando la primera almohada que encuentra, sintiendo de pronto las ganas de acurrucarse entre los brazos de su amigo y tomar una larga siesta sin ser interrumpido por un padre que solo sabe comunicarse levantando la voz —. Sin gritos, sin presiones, sin Jisung tirando sus videojuegos por toda mi habitación, sin tener que soportar clientes arrogantes. Solo... quisiera estar tranquilo.

— ¿Volvió a pasar? — pregunta Jaehyun ahora más tranquilo, listo para escuchar a Taeyong y brindarle su apoyo, sin embargo, este no responde y se remueve hasta que su cabeza queda apoyada en los muslos contrarios.

Jae permite que Taeyong descanse en su regazo y se asegura de rodear su torso con el brazo para darle calor. Sonríe con tristeza al ver como esos ojitos que tanto ama se cierran en seguida, rendidos ante el cansancio. Por costumbre le acaricia el cabello con delicadeza, sabe que le ayuda a sentirse en calma y lo próximo que sabe es que Taeyong se ha quedado dormido encima suyo.

online love ; yutaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora