Capítulo 5

999 109 57
                                    

No era algo fuera de lo común ver a Midoriya en la enfermería solo que sus visitas por incluso las cosas más mínimas eran muchísimas con el fin de ver a cierta chica que llamó su atención en un simple abrir y cerrar de ojos.

Nuevamente su corazón palpitaba rápidamente al tenerte enfrente de el tomándole la temperatura con una mirada seria al diagnosticar que no tenía fiebre ni motivos para estar ahí.

—Midoriya San.— sentenciaste haciendo que tragara en seco por el tomo de tu voz serio a la comparación de veces —Si quieres simplemente faltar a clases deberías no venir a la academia, no puedo tenerte todos los días en enfermería, me podría llevar problemas con el director Nezu— tomaste asiento en la silla rodante de Recovery Girl —Dime, ¿que tienes?—.

—E-es que yo...yo— el estaba en blanco sin saber que decir para justificarse, no simplemente podia decir: Es que me gustaría conocerte más a fondo pero soy tan tímido como para decírtelo sin titubear, eso sonaba estúpido para él y capaz te asustaria a tal punto de que no volviera verte nunca más y sus planes en invitarte a una cita se irían por el caño

Suspiraste negando con la cabeza —Esto no está funcionando— te acariciaste el puente de la nariz —Midoriya Kun, Recovery Girl me puso a cargo de su puesto en lo que ella estaba ocupada con los días atareados en el hospital, y no eres el único chico que viene todos los días a verme sin siquiera tener un simple resfriado. No quiero llevarme un regaño por culpa de...no sé, ¿tal vez de mi forma de ser?—

—¿Otros chicos?— preguntó con tristeza en sus palabras haciendo que sorieras levemente creyendo ya saber que era lo que sucedía

—Ah, con que eso es lo que tienes. ¿Te gusta pasar tiempo con la asistente de enfermería?— apoyaste tus codos sobre tus piernas haciendo lo mismo con tus manos para sonreírle y sacarle un chillido al verse descubierto

—¡No! Digo si...pero no, es decir, eres muy linda y amable...¡Ah! Eso se salió del tema es solo que...— río nerviosamente con todo el rostro sonrojado mirando una parte de tu rostro viendote elevar y bajar las cejas haciendo que se avergonzara más —Mi intención no era incomodarla.— agachó la cabeza en forma de disculpa. Negaste divertida tomándolo del mentón para que levantará la mirada

—Eres tierno y amable— sonreiste —Podriamos conocernos mejor, y quién sabe, tal vez ser amigos— hablaste tomando distancia dejándolo con un morrito al creer otra cosa —O tal vez algo más que solo amigos— el pecoso sonrió asintiendo muchas veces demostrandote su inmensa gratitud por esa oportunidad que no desaprovecharia por nada del mundo —Bueno bueno, pero intenta no venir tan seguido o harás que me despidan— le extendiste la mano antes de abandonar el lugar con una sonrisa en tu rostro y a él con un papel en la mano

Llámame cuando quieras pequitas

**********

Sonrió para sus adentros queriendo festejar ahí mismo arrepintiendose en que había una probabilidad de que alguien lo viera y tachara por loco.

💚💚💚

Prácticamente corría a la estación de tren donde se encontrarían nuevamente. Faltaban como 20 minutos para que fuera la hora acordada en que se verían pero no le gustaba la mínima idea de dejarte esperar sin que él hubiera llegado antes.

Desde ese entonces empezaron a salir cada tanto, más cuando estaban libres. Ambos conociéndose mejor viendo lo similar que eran en muchas cosas, demasiado solo que en un tema no eran idénticos. Ambos no contaban con un Kosei pero Midoriya si tenía uno aunque no te diría exactamente como lo consiguió al no desear revelar su secreto a otros, por más que sabía que podía confiar ciegamente en ti lo tenía prohibido.

Llegó hasta la estación donde gente iba y venía de trabajar o estudiar, otros de visita y así sucesivamente. Se apoyó en sus rodillas jadeando por haber corrido tanto, todo para no dejarte esperar.

Dentro de unos minutos llegaste con los audífonos colocados escuchando alguna canción seguramente, moviéndote en compás con la melodía al valerte comino si creían que se te había metido un demonio o algo por el estilo.

Al ver a cierto pecoso con una pequeña sonrisa no pudiste evitar agitar tus manos en forma de saludo bajando los audífonos para caminar hacia el entre la multitud. ¿Como podías ser tan perfecta a pesar de tener muchas cosas que te distinguían de la "verdadera" perfección? No tenía la mínima idea pero sin apenas notarlo ya se había enamorado perdidamente de ti.

—Hey pequitas— lo rodeaste en un abrazo tomándolo de desprevenido al haber estado diambulando en Izukulandia. Él río nerviosamente sin saber cómo corresponder, deseando no incomodarte en ningún momento —Y bien, ¿que planes tienes? ¿Donde nos divertiremos esta vez?— sonreiste y el sacó una libreta de su bolsillo leyendo todo como si fuera un manual

—Podriamos ver una película, ¿te parece bien (Nombre) San?— asentiste quitando la libreta de sus manos para guardarla en tu bolsillo esta vez

—No es necesario que siempre uses esto. Podemos divertirnos de cualquier forma sin necesidad de que veas tus apuntes cada dos por tres— lo tomaste de la mano empezando a caminar para ambos subir al tren bala, si, tenía los nervios de punta en que al no tener ese manual cagara todo entre ustedes y perdiera sus oportunidades contigo

Lo obligaste a sentarse a tu lado ya que se había quedó parado perdido en sus pensamientos.

Pero el silencio no duró mucho hasta que llegaron a su estación.

El en cada momento trataba de quitarte su libreta ya que como había acostumbrado siempre la leía incluso para la cosa más mínima e insignificante, pero se lo negaste decenas de veces mientras caminaban alrededor del arcade. Después de varios intentos fallidos en recuperar su libreta empezaron a jugar cualquier juego que encontraban.

En serio te divertía pasar tiempo con el pecoso, él era tierno divertido y muy nervioso la mayor parte de veces.

Ahora ambos caminaban mientras pasabas tu brazo por sobre sus hombros mientras le comentabas lo mucho que te habías divertido, dirigiéndose a tu casa, y exactamente como le habías dicho no necesitaba esa tinta libreta que ahora tenía guardada siendo innecesaria, no es como si fueras un aparato que necesitaba instrucciones o algo así.

El solo te veía y sonreía por cada palabra que decías, realmente le llamabas la atención en todos los sentidos y eso lo descubrió la primera vez que te vio.

—Bueno pequitas— tomaste algo de distancia ubicándote en la entrada de tu edificio —Como ya te dije muchas veces y podría seguir haciéndolo otras miles más— se encogió de hombros —Me divertí, gracias por todo— asintió empezando a darse media vuelta para irse a su propia casa

Mordiste tu mejilla interior antes de ubicarte frente a él y mirarlo fijamente a los ojos. El pecoso parpadeo un par de veces pensando en que necesitabas.

—Siento que si no hago esto ahora me arrepentiré luego— hablaste rápidamente antes de ubicar tu mano en su mejilla y unir tus labios con los suyos en un pequeño y corto beso. Midoriya quedó en blanco subiéndose los colores al rostro empezando a balbucear muchas cosas que no lograbas entender por su nerviosismo

—¿Puedes...?— hizo una pequeña señal invitándole a volver a besarlo como si quisiera despertar de un sueño. Reiste rodeando su cuello con tus brazos para unir sus labios solo que esta vez siendo un beso más largo y está vez siendo correspondido por el de orbes esmeraldas

—Hasta mañana— le diste un último beso en los labios antes de ir corriendo a tu casa mientras sonreías embobada como niña pequeña

Izuku al ver que ya estabas lejos de su campo de visión se puso a celebrar su gran logro con las mejillas completamente rojas y una brillo en sus ojos, se cubrió el rostro mientras balbucea a todo emocionado.

"Seguramente con otro beso tuyo se tranquilizaria y calmaria las muchas emociones que empezaron a estallar por una pequeña acción de tu parte"

Line whitout a hook [Midoriya Izuku x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora