3 x 3 = 9

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Disclaimer: The Legend of Korra no me pertenece, sus excelentes personajes y grandes aventuras son propiedad de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko... Y de Nickelodeon.

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Advertencia: Este es un fic OMEGAVERSE no apto para mentes con tabúes, para una advertencia más específica del contenido, leer las notas de autor al final del escrito.

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3 x 3 = 9


Con la cabeza metida en su armario una ofuscada castaña estaba batiendo de un lado al otro sus prendas colgadas en armadores. Llevaba una hora tratando de decidir que ponerse para su cita de esta noche.

¿Pantalón ajustado y blusa escotada?

No, no, no... aunque normalmente los pantalones eran sus mejores amigos (además por supuesto de su perra Naga y de la inútil mujer de trenza y lunar a la cual había traído a su departamento para que la ayudara, pero la desgraciada estaba en su celular sin aportar nada importante para su misión), en esta ocasión quería sentirse especial, verse especial...

Un vestido, un glorioso y bello vestido que asalte todos sus sentidos.

Después de todo, aunque fuese una Atleta en ascenso fuerte y ruda como ella sola, seguía siendo una omega. Una omega que quería deslumbrar a su alfa.

—Entonces... ¿Sí estás lista?

La morena paró su búsqueda y bufó cansada, sabiendo a donde iba su amiga ... nuevamente.

¿Es que acaso solo vino para joderme con esto?

—Ay no, Kuvira... ¿Otra vez vas con lo mismo?

—¡Oh, vamos Korra! -exclamó la mujer del lunar- ¡Hoy es la novena! ¡LA-NO-VE-NA!

—Lo sé... por si no te has dado cuenta, yo soy la que va a las citas -inquirió con ironía, mientras volteaba los ojos y volviendo a analizar las prendas frente a ella- sé en qué número de salida estamos y en qué mes vamos, lo que no sé es el motivo de tu obsesión con eso.

—Oh vamos, no lo trates como si no fuera algo importante -gruñó la alfa- sabes bien la regla del "3 x 3".

Sí, Korra lo sabía, y le resultaba tremendamente estúpida y exasperante... más aún porque su relación, por extraña coincidencia, había seguido ese patrón. Nunca lo admitiría, pero no hacía falta, su mejor amiga estaba allí para recordárselo con cada nuevo hito de su relación con su alfa.

—Quien calla otorga -reanudó la alfa obteniendo un gruñido de la omega como respuesta- pero igual te las recordaré porque... pues... porque simplemente me da la gana...

Korra dio un resoplido frustrado, cogió dos vestidos de su armario con todo y armador y cerró con un portazo el mismo.

Había perdido treinta minutos de la última hora, analizando su limitada gama de vestidos, todo para llegar a la conclusión inicial: Solo hay dos vestidos para noche; los otros eran uno de gala demasiado ostentoso para la ocasión, tres informales diurnos, dos estilos ponchos muy gruesos y afelpados que solo usaba cuando visitaba a sus padres al sur, uno que usó como dama de honor las bodas de plata de Lin y Kya (¿Por qué lo tenía aún? Eso parecía sacado de la época victoriana, malditas festividades temáticas) y uno de traje de Minnie Mouse (En serio, malditas festividades temáticas) ...

3 x 3 = 9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora