Días

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Paso una semana antes de que su cuerpo se pudiera sentir "como nuevo".

Debido a su estado de recuperación, no había vuelto a buscar problemas, o más bien los evitaba. 

Tampoco se había vuelto a topar con el estudiante, ni trataba de buscarlo. No era algo que le concerniera, la vida de alguien que poco o nada tiene que ver con su objetivo no tenia porque hacer algo con eso.

Aunque era un hecho que tenia pesadillas en las que Midoriya Izuku regresaba al edificio y terminaba incinerado y algunas otras en las que el chico aparecía lleno de moretones en una zanja. Le colocaba ansioso ver a cualquier persona peliverde cerca, le molestaba y frustraba de alguna manera cuando se fijaba en como trataba de verles el rostro y luego terminaba aliviado y decepcionado.

Observo detenidamente la manera en la que un grupo se movía en la calle frente a él, era peligroso pero hasta ahora aun no había tenido suficiente y la ansiedad no se calmaba. La idea de que su calma llegaría una vez obtuviera lo que tenían esos sujetos le hacia sentir irónicamente enfermo, era estúpido pero era real.  Espero al cambio de turno y finalmente se movió.

Acabado su desastre, se marcho con su "recompensa". Al final, eso que le mataba, era lo mismo que le mantenía vivo de una manera dolorosa.

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Se había descuidado, no había corrido lo suficientemente rápido y por eso ahora estaba recibiendo todo eso. Era patético, extrañamente prefería que fuera Katsuki el que le atormentara a que fuera ese grupito.

La diferencia era obvia, Bakugo hasta cierto punto lo dejaba tranquilo luego de humillarlo, estos chicos no. Si no cubría su rostro, a ellos no les importaba donde golpeaban, si no huía, a ellos no les importaba continuar hasta dejarlo inconsciente. 

Busco una apertura, y en su descuido el golpe de uno de esos chicos logro cortarle la frente. 

-¡Ugh! ¡Sangre!- Encontró la apertura, tomo su mochila del suelo, al mismo tiempo en que agarraba tierra y la echaba en los ojos de uno de ellos, logro ganar ventaja.

"Tengo que esconderme y curarme antes de volver a casa"

Corrió hasta un parque contrario a su casa y luego apresuro su paso mientras buscaba un lugar oculto. Finalmente termino entrando en los baños públicos del lugar, y para su mala suerte todos los cubículos parecían estar ocupados.

-¡Te digo que lo vi entrar a los baños!- Se congelo en su lugar, retrocediendo hasta chocar con la pared y ver nervioso la puerta del lugar.

La puerta a su lado se abrió, llamando su atención, entro sin cuidado y trato de cerrar la puerta pero esta se quedo quieta en su lugar.

-Oh, eres el mocoso del cabello verde- escucho, detuvo su desesperado intento de ocultarse y se fijo en quien le impedía cerrar la puerta.

Abrió la boca sorprendido, y una exclamación casi sale de su boca. Se detuvo cuando escucho la puerta principal de los baños ser abierta de golpe, retrocedió, tropezando hasta quedar sentado en la tapa del retrete.

El pelinegro que había tratado de ayudar hace varios días volvió a entrar al baño, cerrando la puerta y acercándose a él.

-Sube las piernas- susurro, Izuku obedeció y las abrazo mientras cerraba los ojos. Su corazón latía demasiado rápido, pero también se sentía avergonzado de que le vieran en esa situación -Entonces ¿Qué tal a estado el pequeño entrometido?

Desde su lugar observo al hombre sobre él, iba a responder pero tapo su boca al escuchar como una puerta era abierta de golpe. Abrió grande sus ojos y sostuvo al extraño cuando este trato de girarse, negó y espero.

Finalmente escucho como un hombre comenzaba a discutir con uno de los chicos que le estaba buscando, los gritos aumentaron hasta que en un punto se fueron alejando y dejaron de escucharse. Midoriya suspiro, viendo al pelinegro sobre el y soltando su agarre.

-L-Lo siento, ¿Te lastime?

-....Ese agarre tan débil, ni lo sentí.

-Eso es bueno, entonces ya esta curado- afirmo entusiasta, tratando de moverse de su posición sin lograrlo. El pelinegro cubrió su salida y se acerco más, presionando la herida en su frente, haciéndola sangrar más. -....Duele.

-Deberías defenderte, el quedarte quieto y tener más heridas. ¿Acaso no es lo mismo que rendirse?- pregunto, alejándose con una sonrisa mientras abría la puerta y se quedaba mirándole. Midoriya se levanto y camino hacia el espejo, haciendo una mueca al verse.

Pudo observar el rostro estoico del contrario, antes de comenzar a limpiar su rostro con la fría agua. Busco su pañuelo, a tientas, pero no lo encontró. 

-No dirás nada- susurro el sujeto que lucia mayor, tomándolo del hombro para darle la vuelta. Estuvo asustado hasta que sintió toques en su rostro con una tela. No podía verlo, pero podía sentir los ocasionales roces, y aun así, le parecía que estaba siendo cuidadoso a su manera -¿Que sucede con ese rostro calmado? ¿No crees que es peligroso calmarse en mi presencia?

-¿Me va hacer algo?- pregunto por impulso, tapando su boca con vergüenza. El pelinegro sonrió, guardando el pañuelo al mismo tiempo en que le acorralaba.

-Que gracioso, si tienes agallas- exclamo divertido, le detuvo contra la pared y coloco su mano al rededor de su cuello apretando levemente sin llegar a asfixiarle. -¿Que crees que te puedo hacer?

-N-No lo sé.

Realmente no quería pensarlo.

El pelinegro se alejo al momento de escuchar como uno de los baños era bajado, tomo su muñeca y le arrastro fuera del lugar mientras se colocaba la capucha y subía su mascarilla. Le pareció verlo hacer una mueca antes de eso. 

Se mantuvo en silencio mientras era arrastrado, viendo como a cada minuto el cielo se oscurecía más y el frio aumentaba. No podía continuar, su madre se preocuparía si llegaba demasiado tarde y con el uniforme sucio.

-Te llevare de regreso, tranquilízate- hablo, girando y mirando amenazante una dirección -No te alejes.

Midoriya también podía sentirlo, esas miradas llenas de malas intenciones jamás pasaban desapercibidas. Estaba siendo arrastrado a un lugar peligroso.

Supuso que llegaron al lugar, en cuanto el otro le soltó y encendió un cigarrillo frente a él, ya había bajado la mascarilla para ese momento.

-El análisis que hiciste de mi, decía que mi cuerpo no aguantaba mis heridas nuevas y las viejas, incluso dijiste que el fuego era mi propio enemigo- dijo tajante, mientras jugaba con la llama del pequeño encendedor. Izuku tembló al sentir una corriente de frio chocar directamente contra su rostro -Ese es otro error. No llego a sentir nada todo esta completamente entumecido.

-...Mentira- refuto, temeroso a su reacción -Tu cuerpo es muy frío. No tienes como regularlo, te has lastimado tanto, que tu propio cuerpo no puede protegerse pero eso no evita el dolor....solo eres un poco tolerante pero todo eso te duele y-

La mirada furiosa le hizo retroceder.



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