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Se puso la ropa de deporte y salió al patio seguida de sus compañeras:

-Hoy toca fútbol.- anunció el profesor.

Como era de esperar, muchos chicos, se alegraron, y en pocos minutos ya estaban hechos los equipos. Alexis tuvo suerte, contaba con buenos jugadores en su equipo, y con Lisa.

El partidó empezó y ella se dedicaba a intentar acercarse al balón, pero no conseguía nada más que empujones y alguna patada, hasi que decidió quedarse en la defensa.

Su equipo hiba perdiendo, pero uno de los mejores jugadores, había conseguido llevar el balón hasta el otro campo, y todo el equipo había subido, menos Alexis. En un descuido del delantero, el portero le robó el balón y lo lanzó hasta Jon. El chico hiba como una flecha decidido a meter gol. El equipo entero gritó su nombre para pedirle ayuda, pero Alexis no era capaz de acercarse a él. Entonces el joven intentó escivarla  y ella se apartó hacia el mismo lado, haciendo que colisionasen. Él estaba encima de ella, mirandola, y ella roja, muerta de verguenza:

- Lo siento, no  se jugar a fútbol.- dijo Ale.

- No pasa nada.- sonrió Jon, y se apartó de ella.

Ale nunca olvidará aquella mirada azul penetrante, ni la cara furiosa de Nora Grey.

El partido siguió, pero faltaba poco tiempo para terminar la clase. Al parecer, lo que ocurrió con Jon, le subió la moral, y optó por ir a atacar. En ese momento, Jon tenía el balón, y con un habil movimiento de piernas se lo quitó, y tiró a puerta metiendo gol, dejando a todos impresionados, por el empate inesperado:

- Resulta que sí sabías jugar.- dijo él.

-  Solo un poco.

La clase terminó y volvió a  casa después de darse una ducha. Notó como el joven, le prestaba más atención después de lo ocurrido. En su interior, una llama apagada, volvia a resurgir de las cenizas.

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