Charlie y yo regresamos a Rumania una semana después de que la guerra había terminado.
Nos habíamos conocido hacía seis años en mi primera semana de trabajo en el Santuario de dragones Rumanos, me habían puesto bajo el cargo de Charlie mientras aprendía lo básico del lugar y el como realizar mis tareas sin ningún problema.
Cuando Voldemort regresó y Charlie se unió a la Orden del Fénix su tarea era conseguir magos extranjeros dispuestos a ayudar con la guerra, yo fui una de las primeras personas a la que reclutó y después me uní a su tarea de buscar magos para que fueran apoyo.
Tuve la mala o buena suerte, queda a criterio de cada uno, de que la guerra comenzara cuando estaba de visita en casa de mis padres y recibiera un patronus de Arthur Weasley informandome que la guerra se había dado por iniciada.
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2 de mayo de 1998
Mamá servía el té cuando un patronus entraba por la ventana.
"La guerra ha empezado en Hogwarts. Ven rápido"
Solté la taza de té sobre la alfombra y escuche como se quebraba mientras corría por las escaleras a mi habitación. Con un hechizo me cambie la ropa, no podía ir a la guerra en pijama, tomé mi varita que metí a mi bota y mi escoba. Bajé al patio y volé hasta el colegio pues no podía aparecerme dentro y si me aparecía en el bosque podría encontrarme con algún grupo de mortífagos o carroñeros.
Llegué al colegio por uno de los pasadizos secretos, uno de los pocos que conocía. No me bajé de la escoba, aproveché el que algunos mortífagos estaban peleando dando la espalda a la estrada para atacarlos y sacarlos volando.
Seguí volando esquivando a las personas que peleaban hasta donde ya no pude pasar con la escoba. La dejé en uno de los armarios, no la necesitaría por el momento, y corrí por el pasadizo hasta entrar al castillo.
No supe a donde ir, no importaba a donde volteara veía personas peleando. A unos metros de mi vi a un par de pelirrojos que reconocí gracias a una foto que Charlie me había mostrado alguna vez en Rumania, eran Fred y Percy Weasley.
Corrí a ellos y comencé a pelear contra los mortífagos, que si no me equivoco uno de ellos era el ministro de magia. Peleamos con ellos por unos minutos pero mi intuición me dijo que lo mejor era irnos. Tomé a los chicos de las muñecas y los hice dar unos pasos atrás, justo después una explosión se hizo presente lanzándonos unos metros atrás cayendo de sentón al suelo pero sin heridas mayores de rasguños en sus mejillas.
Me levanté del suelo y después de verificar que ambos estaban bien y con vida corrí por el pasillo cuando vi que unos mortífagos estaban acorralando a una chica de Hufflepuff. Lancé hechizos a todos y algunas maldiciones asesinas a quien haya visto que asesinaba a alguien.
La guerra paró, solo temporalmente pero fue lo suficiente para llevar a los magos fallecidos al comedor para que sus familias pudieran despedirse y que los heridos fueran tratados. }
Entré al comedor y busqué a alguien conocido a quien poder acercarme para no estar sola. De lejos vi a la profesora McGonagall sentada junto a la profesora Sprout en una banca. Me acerqué a ellas y saludé cordialmente sentándome a su lado.
-Señorita Bones, ¿como ha estado? ¿esta herida? ¿necesita que llame a Madame Pomfrey? -preguntó McGonagall revisándome de pies a cabeza.
-No será necesario, profesora, no tengo más que estos rasguños. -le contesté señalando mis mejillas.
-Pensé que estabas estudiando en Rumania.
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Una vida entre dragones |OS| |Charlie Weasley|
Fanfiction|One shot| Un pequeño relato de la relación de Charlie Weasley, amante de los dragones y compañero en el Santuario de dragones rumano, después de la segunda guerra mágica. Advertencia: *Escena +18 Palabras: +12,000