Unbreakeable Love

Unbreakable Love

-¡Bakugo!¡Escúchame!- gritó alterado Kirishima. Su pareja se encontraba reacia a entender lo que quería decir. Con pasos lentos pero firmes se acercó a su novio, quien veía expectante a su andar. Si querían resolver este problema no podía huir. Sabía que tenía trabajo en un par de horas, pero su relación con el rubio era su prioridad. Siempre lo ha sido y siempre lo será. El único inconveniente es que Katsuki no ponía tanto esfuerzo en mantener las cosas cálidas y estables. Sus constantes escenas de celos, sus peleas fuera del horario de trabajo. Kirishima odiaba regañar a Bakugo cuando llegaba golpeado.- ¡Las cosas no pueden seguir así, Katsuki!- Kirishima era extremadamente paciente, Bakugo lo sabía, pero aún así parecía querer acercarse a su límite.- ¡Siento como si nada te importara!¡Me dejas esperando horas, me ignoras! ¡Deja de desquitarte conmigo cuando tienes un mal día! ¡No soy un muñeco para aguantar toda tu ira!- gritó harto. Katsuki sólo lo miraba seriamente, no mostraba expresión alguna, más que una rabia incontrolable dentro de su pecho. - ¿Qué acaso no me amas más? ¿Ya no somos el equipo irrompible? ¿Qué pasó con todas las promesas?- Con cada palabra su voz se hacía más débil, demostrando el dolor que guardaba dentro de su corazón. Ahí estaba, completamente vulnerable frente a su pareja, quién no movía ni un músculo de la cara.- Si ya no te importa nada de esto, ni el esfuerzo que hago...Entonces ve-

-¡¿Qué mierda te pasa?!- gritó Bakugo. Su ira aumentaba cada vez más. Era la única emoción que sabía expresar a la perfección. -¡¿Acaso crees que no me importa?!- Bakugo sabía que su novio tenía razón. Sabía que él no era la persona más saludable. Sabía que tenía problemas de ira. Sabía que Kirishima se merecía el cielo porque igual al final de cada día se quedaba despierto esperándolo con una taza de té. Sabía que no merecía todo el amor que el pelirrojo le daba. Cuando sanaba sus heridas después de una tonta pelea en la calle. Cuando le preparaba el desayuno con una sonrisa siempre. Cuando lo arrullaba hasta quedarse dormido. Cuando confiaba ciegamente en él para contar todos sus secretos. Lo vio tan vulnerable, por su culpa y lo único que hizo fue reaccionar de manera violenta otra vez. Algo le decía que pare, que no grite a Kirishima de nuevo por estar molesto consigo mismo. El problema nunca fue Kirshima. Bakugo se sentía tan molesto consigo mismo que proyectaba toda su ira e inseguridades en su pareja. ¿Hace cuánto que él no hacía un gesto romántico por su amado pelirrojo?

-¡Si te importara lo demostrarías! ¡Estoy harto de ser quien tiene el valor de decir lo que siente! ¡SER VULNERALBLE NO ESTÁ MAL BAKUGO!- gritó desesperado Kirishima lleno de lágrimas y dolor. Tenía la necesidad de ser escuchado y comprendido por su pareja, sin embargo ese se convertiría en un deseo imposible.

-¡YO NO SOY UN PUTO DÉBIL DE MIERDA COMO PARA SER VULNERABLE! ¡No soy como tú!- Con cada palabra Bakugo hería más a Kirsihima y él lo sabía. La adrenalina recorría todo su cuerpo, haciéndolo sudar más de lo normal. Se acercaba a Kirshima acortando toda la distancia que faltaba mientras seguía gritando.- ¡Cómo si tu fueras lo suficiente para mí! ¡Eres un cobarde, un inútil! ¡NO ERES FUERTE! ¡NO ERES NADA!- Con la última palabra se escuchó una gran explosión que nubló la vista del rubio. Todo se quedó en un silencio matador, solo se escuchaban los débiles sollozos de Kirshima, quién estaba tirado en el piso sangrando, viendo con terror a Bakugo. Katsuki se quedó inmóvil en su posición. No podía creer lo que había hecho. Kirishima se limpió rápidamente las gruesas lágrimas que bajaban por su rostro mientras se ponía de pie. Levantó la vista ante Bakugo, quien sólo lo veía con los ojos llenos de temor, culpa y dolor. Pero Kirishima no cedería, esta vez perdió la pelea. Tomó su traje de héroe y salió de la gran casa de la pareja. No dijo nada, no podía darse el lujo de dejar que Bakugo lo vea llorar, no más. Sentía algo cálido bajar por su cuello, pero lo ignoró hasta llegar a la agencia de Fat Gum. Faltaba todavía una hora para reunirse con la agencia de Sr.Nighteye, heredada por Midoriya y All Might.