❝ A travez de sus ojos de infantes, desde la inocencia y la inexperiencia dos niños tratan de comprender el mundo adulto que los rodea aferrándose entre ellos con risas y juegos. ❞
🌙Taeyong&Ten 6 años.
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Mayo de 1999
Un camión grande, tan alto como los postes de luz que cuidan el vecindario durante la noche y tan ancho como dos elefantes de los que hay en el zoológico de la ciudad. Parado frente al armatoste está un pequeño niño que lo mira con los ojos llenos de curiosidad, desde su lugar puede ver como el techo de aquel transporte se pierde en el azul del cielo y las gigantescas ruedas son hasta más altas que el mismo. Es la primera vez que ve un "auto gigantesco" como le dice a su mamá mientras la agarra de la falda para llamar su atención.
— ¡Hasta podríamos vivir ahí! —dice el pequeño que no quita sus ojos maravillados de aquel armatoste.
La mujer lo mira enternecida, ella sabía que la casa de al lado estaba en venta por lo que cuando vio el camión de la mudanza por la ventana se apresuró a tomar la mano de su pequeño hijo, la tarta de manzana que había preparado esa mañana y llevarla como regalo de bienvenida para presentarse a los que serían sus nuevos vecinos.
Los hombres con ropa roja empiezan a bajar los muebles que ocuparan en la nueva casa, a un costado del camión están la mujer y su hijo tratando de no molestar mientras ellos realizan su trabajo. Con los ojos, la madre del niño logra identificar a otra mujer que parece ser la nueva dueña de la casa. Por lo que no pierde el tiempo y se acercan rápidamente hasta donde esta ella.
Al verlos su nueva vecina se sorprende, pero no tarda en subir las comisuras de sus labios al entender la situación
—¡¿Usted vive adentro del auto gigante?! — pregunta primero emocionado nuestro niño al ver a su mama mirar a la desconocida.
Ambas mujeres se ríen inmediatamente después de escuchar al niño que las mira confundido. Inmediatamente la nueva conocida se agacha hasta estar a la altura del niño para responderle
—El auto gigante —lo señala— solo ha traído los muebles desde mi viejo hogar, ahora viviré en esta casa. —la voz de ella es tan dulce y calmada como su apariencia juvenil y fresca, a nuestro niño le resulta agradable.
— Vivimos en la casa de al lado —dice su mama antes de que el más pequeño se le ocurra decir algo más— Soy Lee Hyunmi y este niño es Taeyong.
— Es un gusto conocerlos, mi nombre es Hana — dice con una sonrisa amable— ¿Cuántos años tienes Tae?
—Tengo 5 —Abre su pequeña mano extendiendo sus deditos— pero en un mes voy a tener así —dice añadiendo un dedito más.
—Mi hijo tiene la misma edad —por primera vez desde que comenzaron a hablar mira hacia otro lado, buscando con la mirada a su alrededor. Hasta que vemos como detrás de sus piernas se asoma la cabeza de un niño que se pone nervioso al sentir tantas miradas sobre él. Aprieta entre sus deditos la falda de su mamá quien lo obliga a pararse frente a ella. —Este niño tímido se llama Ten, saluda a Hyunmi y a Tae cariño.
Taeyong se emociona al verlo, la mayoría de los niños en la cuadra tienen más de doce años por lo que nunca pudo jugar con ninguno. Como si lo conociera de toda la vida lo toma de las manos y lo mira a los ojos ilusionado, el niño se sorprende al verlo actuar de esa forma, pero Taeyong no lo deja reaccionar.
—Me llamo Taeyong ¿Cuál es tu nombre? ¿Quieres ir a jugar conmigo?
Ten mira al niño atónito, enseguida mira a su mama en busca de respuestas.
— Si la mama de Tae está de acuerdo, pueden ir a jugar en nuestro nuevo jardín— dice Hana enternecida con la escena y mirando a la otra mujer que se encuentra en la misma posición que ella esperando una confirmación.
—Claro que pueden —suelta una risa— mientras nosotras cortamos la tarta de manzana y preparamos jugo, ustedes pueden jugar en el patio. —Mira hacía su vecina que asiente y empieza a caminar por el costado de la casa en dirección al jardín trasero.
Inmediatamente Taeyong que no había soltado las manos del otro niño lo arrastra corriendo en la misma dirección.
