Party/ Kooktae

Único

Jeon Jungkook-17 años
Kim Taehyung- 17 años. 

(...)

Taehyung es un hombre muy bonito y muy popular. Su inteligencia destaca en cada nota, aún así es un gran idiota.
¿Cómo se le ocurre hacer una fiesta tan grande y divertida el día del cumpleaños de Jungkook?

Por eso el hermoso chico se encuentra consigo mismo sentado en su cama, sus lágrimas convirtiéndose en fuego por la ira corriendo en sus venas.
Se siente impotente, sus mejillas rojas aplastadas por sus manos lo delatan, está triste y enojado. Sin embargo, se aferra a un milagro y decide esperar una hora más a que alguien se dignara de llegar a su fiesta.

Su ropa blanca con manchas celestes está arrugada, puesto, la desesperación de la situación. Esa sensación de sentirse rechazado, incluso por sus contados amigos que llamaron con vagas excusas. 

Jungkook entiende que para su edad no es tan maduro, entiende que quizá por eso nadie quiso venir, pues a los jóvenes de ahora les atrae el alcohol, sexo y drogas, pero piensa que no hay excusa para faltar a una reunión tan importante como la de un cumpleaños.

Cansado, desesperado, lastimado, infausto, lamentable. Así se siente, no quiere recibir mas miradas penosas, quería ser admirado. 

¿Desde cuando la gente comienza a dar atención a la idiotez humana?

Terminado de desarmar la cama, se arrastra por la puerta para llegar a la sala mucho menos calmado que antes, con sus ojos y nariz roja.

Él no era idiota, pero él quería esa atención. 

¿Tiene que ser un idiota también?

Se acuesta en el blanco sofá apretando un peluche gigante en forma de oso del mismo color, busca confortabilidad en un abrazo inexistente. 

La ola de soledad le vuelve a abrazar cuando pasa una hora más. Si la fiesta empezaba a las cuatro de la tarde ¿Por qué seguía esperando si ya eran las siete de la noche? 

Tal vez si era un poquito idiota.

Nuevamente, llora hasta que sus ojos arden, grita hasta quedar afónico, apreta los puños hasta que sus uñas se clavan en la piel y la sangre se hace visible hasta que ya no puede presenciarlo, sus lágrimas obstruyen su vista. 

Destroza la decoración del pastel con el cuchillo tan afilado como los trozos de su corazón y revienta los globos junto a todo lo que estaba en la mesa, en ese momento el timbre suena, le da un pequeño susto, en realidad no lo esperaba. 

¿A caso fue una broma y todos dirían "sorpresa"? 

Le importa muy poco si la persona detrás de esa puerta llegaba tres horas después, no importaba si era la única de los treinta y siendo brusco limpia sus lágrimas, arregla un poco su cabello y respira profundo para calmarse, el timbre suena de nuevo.

Cuando se dispuso a abrir la puerta, ahora avergonzado de blasfemar a sus compañeros y sin embargo con una fina emoción creciente en su pecho, un chico hermoso se mostró ante su vista con un atuendo pegado al cuerpo, tan sensual como su mirada intensa a comparación de la suya, el contraste de un chico increíblemente caliente y otro apesadumbrado era fascinante.

 El chico mira dentro de la casa, el muchacho ríe cuando no ve a nadie dentro.

Se burla en su cara, sin pedir permiso entra en su hogar y ríe de nuevo doblándose para apaciguar las carcajadas. 

Entonces, esa necesidad de gritar por la sensación de miseria que llena su pecho vuelve y muy contrario a todo lo que quería hacer, se restringe a cerrar la puerta y cohibirse antes de hablar.