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– Ten, son para que comamos en el camino –Saco de su bolsa de compras una barra de cereal y me la dio, seguido saco otra para ella–.
– Oh, muchas gracias Shuhua –Sonrei–.
Nos encontrábamos caminando bajo los árboles de cerezo que en estos días estaban a punto de irse, en transición al helado otoño.
– No hay de que –Dijo mientras empezaba a comer– hace mucho que no íbamos caminando a la universidad juntas –Una sonrisa se formó en su rostro mientras que hablába–.
– Es verdad, a mi también me agrada mucho –Sonrei agarrando mi mochila de mejor manera–.
– Nunca dije que me agradará... –Fingio desinterés–.
Le di un leve empujoncito igualmente en broma, Shuhua rio.
– ¿Me habías dicho que tú padre estaba ocupado y por eso no podia llevarte hoy? –Pregunte tras recordarlo–.
– Así es, tiene mucho trabajo por hacer –Dijo con la boca llena– Los tuyos también, ¿No?.
– Si, están... Fuera de la ciudad ahora.
Cómo siempre.
– Mmm, ya veo –Detuvo su andar para verme, mientras sonreia, y antes de que pudiera preguntar que hacía, se lanzó a darme un fuerte abrazo– en verdad, me alegra mucho poder pasar más tiempo contigo –Festejo felizmente–.
– Ay, a mi también, pero si me sigues apretando así, creo que no solo tú, si no, el mundo entero va a perderme –Dije con dificultad, por la falta de aire–.
– ¡Oh!, si si –Shuhua se separó de mi mientras mantenía su semblante alegre– lo siento –Rio– es que mi SunHee linda, eres tan apapachable –Extendio sus brazos como si fuera a abrazarme nuevamente–.
– Ah ah, ya –La evite, protegiendome con ambas manos, reí cuando Shuhua se rindió finalmente– También te extrañe, eres una de mis personas favoritas –con mis manos hice la forma de corazón, Shuhua imitó mi gesto–.
Seguimos nuestro camino tranquilamente mientras charlabamos, este era un nuevo y mejor dia, aunque la lluvia había dejado sus rastros en el suelo, hoy los colores y el sol estaban más presentes que ayer.
En cierto momento, surgió el tema de porque me había puesto "triste", el día de mi supuesta "cita" con Sicheng.
– Entonces, ¿Me estás diciendo que esas dos niñatas estaban hablando de unos rumores sobre ti, que ellas mismas inventaron?.
– Eso creo... no estoy segura de que ellas hayan sido las que lo inventaron, y eso es lo que más me preocupa...
Mi linda amiga escuchaba todo atentamente mientras asintia con la cabeza, y mantenía el seño fruncido.
