Capítulo 1

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ELIAD WEMBLEY

Caminé por los pasillos un día más sin llamar demasiado la atención, no era algo que buscara así que no era molestia para mi. Aquella mañana me había despertado demasiado tarde, solía intentar ser lo más puntual posible, para esperar desde una esquina a que todo el mundo entrara y así poder hacerlo yo. Podríamos denominarlo como que soy un tipo observador. Es divertido ver a la gente entrar, y mi soledad hace que prefiera caminar hacía la entrada sin un grupo enorme de adolescentes revolucionados a mi al rededor.

En fin, mi cara necesitaba un toque de atención a parte del sonido tan horrible de mi alarma, busqué un baño entre los pasillos por los que paseaba y al entrar me dediqué a observar mi reflejo en el espejo. Noté mis ojeras más llamativas de lo normal y algunas legañas que no me había molestado en apartar. Pasé mis manos por mi oscuro cabello para poder apartarlo, no lo tenía extremadamente largo pero se podría decir que a veces era algo molesto. Lavé con agua fría mi rostro y me fijé en mi mirada azul que reflejaba lo poco que había dormido.

Pensé que podría distraerme observando mis pintas un rato más para así saltarme parte de la primera clase, pero tuve un motivo que llamó más mi atención que mis extensas ojeras. De repente escuché un sonido que mostraba repugnancia, como si alguien estuviera vomitando. Probablemente fui demasiado curioso, pero no me importaba demasiado, nunca me importa mucho nada, así que vi la puerta entreabierta y la empujé para ver quien provocaba ese sonido.

Astrid Jones 

La chica más popular del instituto vomitando en el baño, cabello castaño y ojos miel, una persona totalmente básica que agradaba a todos. Algo me dijo que no era el baño de chicos, no me sorprendería que me hubiera equivocado teniendo en cuenta el sueño que estaba sufriendo.

-¿Qué coño haces?- Dijo Astrid con un tono alto y echándome una mirada asustadiza. Quien lo diría, la chica más buena de todo el curso diciendo palabrotas.

-He escuchado como vomitabas. ¿Acaso estás embarazada?- Lo solté sin más, sacando mis propias conclusiones del porque estaba vomitando. Ella en cambio volvió a soltarme una de sus miradas, esta vez sus ojos me estaban llamando claramente "gilipollas".

-¿Que dices? - respondió sin saber como actuar ante la situación.

-¿Entonces porque vomitas?- Pregunté de forma directa, si había abierto su puerta era para que me diera una respuesta.

-No es asunto tuyo.- Me lo dijo con un tono nervioso y con una ira interna, no parecía que fuera de su agrado lidiar con esta situación. Automáticamente salió de allí, rápidamente limpió su boca con su mano, ignorando mi presencia para evadir también mi curiosidad.

Que chica más rara.

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ASTRID JONES

Menudo gilipollas. Eliad Wembley, me sé perfectamente su nombre, y el de todos realmente. No sé en que pensó para entrar en el baño de chicas y hacerme esa pregunta, en vez de preocuparse se digno a curiosear, no entiendo que le pasa, realmente es raro. Tal vez es un acosador y por eso estaba ahí dentro. De todas formas le grité y me asusta el hecho de haberle tratado mal, debería disculparme.

Volví por los pasillos por los que me había ido a buscarlo, no tuve suerte así que volví a buscar a al chico después de la primera clase. Finalmente lo encontré, estaba apoyado en la pared mirando su teléfono móvil, siempre esta solo, no comprendo que le ve de bueno a la soledad.

-Oye- Le dije acercándome a él para que se diera cuenta de que estaba ahí. -Lo siento por lo de antes, no me encontraba bien y me pasé de la lengua.-

-¿Sabes? Eres bastante rara, tienes un nombre realmente extraño y en cambio tu apellido es de los más comunes.- Me respondió sin ningún reparo.

Me quedé en silencio.

-¿Nunca lo habías pensado? Es realmente curioso.- Dijo rellenando mi silencio.

-¿A que viene eso?- Intenté mantener la calma a pesar de que acababa de llamarme rara, y realmente no me lo tomé en el buen sentido.

-No sé, a veces es bueno saber pequeños datos, ¿no crees?- Me regaló una sonrisa en forma de burla.

-Supongo.- Me encogí de hombros pensando como contratacar. -¿Sabes? Tu nombre es muy poco popular, tal vez mi apellido sea común pero tú no compartes apellido con Jon Jones.

-¿Quien es ese?- Dijo Eliad cómo si no hubiera escuchado ese nombre en su vida.

-Hace artes marciales.- Dije cortante. 

Digamos que acababa de hacer el ridículo, al parecer Jon no era tan conocido como yo creía.

-¿Te gustan las artes marciales? Realmente no te pegan- Me dijo frunciendo el ceño.

-No me conoces.- Le respondí frunciendo el ceño también.

-Supongo que si te conociera sabría porque has vomitado, teniendo en cuenta lo mucho que has evadido mi pregunta no creo que sea por un simple dolor de estómago.- Respondió serio y con seguridad.

Me dio algo de miedo ver cómo conseguía encajar tanto con tan poca información, tal vez cualquiera podría suponerlo pero me daba la sensación de que esto iba a ser su especie de súper poder. Intentaba distraerme con temas de conversación aleatorios para acabar volviendo a lo que realmente le interesaba: saber y averiguar.

-Ten un buen día, pelo libro.- Me despedí con esta frase y no le deje responder, no iba a dejar que siguiera picándome con su curiosidad, cuando realmente no le conocía de nada. Tenía que actuar bien y su actitud me intimidaba, "pelo libro" fue un apodo realmente estúpido pero necesitaba hacerle notar que me había molestado. No entendí porque le daba tantas vueltas a ese asunto, y lo peor es que tenía razón en una parte.

Pétalos de riesgo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora