Empecemos por el comienzo, éramos tres chicas hermosas en una discoteca frente a la playa, disfrutando del comienzo del verano ¿Qué podía pasar?
Mis mejores amigas Penélope y Alina estaban como pez en el agua, no parábamos de bailar desde el momento en el que pisamos el lugar y es que por favor o sea era mi cumpleaños, mínimo debía festejarlo como merecía, sin contar que acaba de terminar con el idiota de mi ex novio, tenia suficiente motivos para querer olvidarme de todo hasta de mi nombre.
- Voy por un trago. _ les grité, fui hacia la barra, pedí un tequila y me lo tomé sin sal ni limón, rayos como quemaba.
- Nena nos vamos. _ Penélope llego por detrás junto a un grupo de chicos bastante atractivos.
- ¿Cómo que nos vamos? Creí que estaríamos toda la noche. _ vaya decepción.
- Estos chicos nos llevaran a una fiesta no muy lejos de aquí. _ bueno al menos seguiríamos celebrando.
- Pues que esperamos, necesito más alcohol. _ En menos de diez minutos llegamos a una casa enorme estaba a tope de personas, podíamos oír la música a lo lejos, cada vez me emocionaba más. Bajamos y fuimos directo al interior, si por fuera era enorme, por dentro era gigante, había muchísima gente bailando, parejas besuqueándose y tipos ebrios haciendo espectáculos. Dios mío agradecía enormemente ser mayor de edad.
Uno de los chicos con los que llegamos a la casa nos presentó a una joven llamada Elena, era rubia y muy bonita, al parecer también cumplía años y era la dueña de la casa, luego nos presentó al resto de sus amigos. Mis chicas y yo no perdimos el tiempo, agarramos pareja y nos fuimos directo al centro del salón.
- Iré por un trago ya vengo. _ el tipo con el que bailaba me dijo algo al oído la verdad no me importo, yo solo estaba disfrutando mi momento.
No sé cuánto tiempo paso, pero mis ojos se enfocaron en una persona, exactamente un hombre, él estaba observándome fijamente, me sentí atraída al instante, mis manos comenzaron a tomar vida propia y empecé a bailar demasiado sensual, la música ayudaba y mucho. Me toqué el cuello, los pechos, la cintura, me recorrí el cuerpo de abajo hacia arriba, jugué con cada centímetro de mí, y todo eso sin apartar los ojos de él. Las luces cambiaron de color, y lo siguiente fue que lo tenía detrás de mí. Acerco su boca a mi cuello, succionó ligeramente para darle paso a su lengua. Esa simple acción había activado todos mis sentidos y estaba excitada en tan solo cinco segundos. En algún momento empecé a moverme porque lo siguiente que recuerdo era estar refregándome contra su pelvis, me estaba moviendo al ritmo de la música, me acariciaba y yo lo dejaba hacerlo. Había bailado ciento de veces, pero jamás me había sentido tan sensual y poderosa. En un rápido movimiento él me giro y quedamos frente a frente, solo unos centímetros nos separaban, sentía nuestras respiraciones agitadas, nos miramos a los ojos y no lo pensé más, lo besé y me besó con la misma intensidad, en medio de esa oscuridad lo único que importaba, éramos nosotros sumergidos en la necesidad incontrolable de devorarnos. Hubiéramos seguido ahí, perdidos uno en el otro, si no fuera por el sonido del cristal, un tipo le acaba de romper una botella en la cabeza a otro. Esto se había salido de control, entonces sentí que alguien me cogió de la mano.
- Déjame sacarte de aquí. _ tome su mano sin pensarlo.
Cuando estuvimos lo bastante lejos de ahí, nos miramos.
- Que locura.
- Tienes razón. _ por la mirada que me dio sabía que no se refería a la pelea. Me sonrojé y no solo eso, comencé a excitarme. Tuve que dejar de hacer contacto visual con él.
- ¿Dónde estamos?._ no me había dado cuenta que estábamos en una de las habitaciones de la casa, se veía bonita y acogedora, aunque bastante masculina para mi gusto.

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AFRODISIACO (Editando)
RomanceAfrodita es considerad la diosa de la belleza, el amor y la sensualidad. Que pasará cuando aquella joven hermosa de tan solo dieciocho años se vea envuelta en un afrodisiaco y apasionado romance de verano.