Unintended [Kooktae] [Adaptación]

07

—¡Buenos días, cariño! —Taehyung apretó los puños al escuchar aquello, Jungkook apareció justo a su lado regalándole una sonrisa y un beso sonoro en la mejilla—. ¿Tan temprano y ya estás enojado?

—Acabas de arruinar mi día con tu presencia, ¿cómo no quieres que me moleste?

Jungkook sonrió, simplemente no le daba nada de importancia a todas las palabras de Taehyung, le parecía muy divertido verlo refunfuñar, tal vez estaba muy mal acostumbrado a esos gestos de gato enojado que siempre muestra Taehyung, pero le daba igual.

Desde la primera discusión que habían tenido, le había causado mucha ternura ver sus gestos, en verdad parecía un hermoso gatito enojado y eso le encantó. La mayor parte del tiempo quería molestarlo y ver esos gestos, también le había gustado verlo sonreír, y más cuando le restregaba su victoria, la cual sólo duraba una semana y media.

—Iremos a una cita está tarde —dijo Jungkook—. Pasaré por ti, más te vale salir y no dejarme plantado.

—Preferiría dejarte plantado.

—Me dueles Taehyung, yo te amo y tú sólo me das odio, aunque sé que por dentro sientes algo por mí.

—Sigue soñando.

Taehyung cruzó sus brazos para poder abrazarse, ¿cómo es que se le ha podido olvidar un maldito suéter? Aquella mañana no era nada cálida, el frío había estado aumentando últimamente.

Jungkook, al ver las acciones del contrario, de inmediato se quitó el suéter que traía puesto y se colocó frente a Taehyung, y antes de que esté dijera algo, lo ayudó a colocárselo.

—¿¡Qué crees que haces!?

—Hace frio, acéptalo, no quiero que te resfríes. —Taehyung aceptó a regañadientes, colocándose el suéter mejor y mirando hacia Jungkook, quien ahora sólo tenía su playera holgada sobre su cuerpo.

—¿Qué hay de ti?

—No importa, no tengo frio. —Una gran mentira, pero no quería que Taehyung sufriera de frio—. Vamos, las clases casi están a punto de comenzar.

Taehyung sólo asintió, podía sentir que ahora todo el aroma tan varonil de Jungkook estaba sobre él, y esa hermosa calidez del suéter que lo invadía, de alguna manera se sentía protegido, parecía como un cálido abrazo.