Era un día normal como cualquier o otro, excepto para Jimin quien caminaba por el muelle a la par que sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas sin su permiso.
Y es que ya no podía evitarlo, siempre se decía a si mismo que debía ser fuerte, al menos por sus padres que siempre le enseñaron a afrontar los problemas de la vida, a no mirar atrás a pesar de todo, a sonreír siempre. Pero desde que murieron unos años atrás a el chico se le había vuelto muy complicado el seguir adelante a pesar de todo, ya no podía sonreír, y era tan doloroso ser juzgado simplemente por ser huérfano de ambos padres -o al menos para él- los insultos y constante bullying que recibía por parte de sus compañeros de clase le hacían sentir inferior a los demás, esas miradas como si fuera de otra galaxia o sabe dios que, provocaban que no estuviera seguro de si mismo siquiera.
Era un joven de diecisiete años, bajito y de cuerpo esbelto, ojos claros y cabello rubio que lo hacían lucir sumamente atractivo, además de ser muy divertido y carismático cuando se lo proponía, lástima que nadie supiera valorar eso.
Se sentó en la orilla del muelle y mecía sus pies sintiendo como la suave brisa chocaba con su rostro.
Mientras por la acera caminaba un chico alto que lucía algo enfadado, había discutido con su papá y no le gustaba para nada que él bebiera y regresara a altas horas de la noche con ese desagradable olor a alcohol que su madre tanto detestaba y la deprimía. Su mirada se posó en el pequeño pelirubio que sollozaba en silencio, iba a seguir e ignorarlo, pero el hecho de ver al rubio de esa manera hizo que se sintiera mal por un momento, hasta que decidió ir.
-Hola. -le sonríe amable.
Silencio.
-Pasaba y me preguntaba si estás bien, ¿Pasa algo?
Jimin negó.
-Estoy bien.
Claro que no está bien.
Pensó el pelinegro al fijarse en lo enrojecida que se hallaba la nariz de botón del rubio, eso le preocupó aún más ya que pudo persibir que llevaba rato llorando, y no sabía por que pero se veía en obligación de animarlo, verlo en esas condiciones lo entristecía, tal vez porque de cierta forma le rocordaba a su madre y sus problemas de depresión.
Y es ahí cuando varias preguntas pasaron por su mente, ¿Acaso lloraba por otro hombre? ¿Tenía novio? ¿Qué hacía un chico tan lindo llorando?
Era un lindo chico sin duda, eso pudo notarlo con claridad, también le pareció un poco agradable.
Quería conocerlo mejor.
-Oye, sé que te pasa algo. -dice y se sienta a su lado para continuar. -No sé que sea pero sólo te quiero ayudar, ¿Te gustaría ir por un helado? -pregunta
Jimin deja de jugar con sus dedos para mirarlo a los ojos.
Lindo. Pensó al verle
No sabía como tomarse aquello, si algo le enseñaron sus padres fué a no hablar con desconocidos, aunque el chico no pareciera tener malas intenciones con él, y ya que se había detenido para ver como se encontraba no era justo ser descortés.
-Gacias, me encantaría.
El pelinegro sonrió para levantarse rápido y extenderle su mano al chico, este se debatió mentalmente si tomarla o no, pero al final aceptó.

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ice cream ♡ kookmin o.s
FanfictionDónde Jimin y Jungkook se conocen de una forma un tanto inusual y deciden ir por un helado. genero: angst, fluff, romance. tw: lenguaje maduro. contenido homosexual. contiene elementos de la vida real, así como imaginarios/ficticios. ✘ no copias o a...