❝𝙎𝙩𝙖𝙧𝙢𝙖𝙣❞┊𝐕𝐨𝐥𝐤𝐚𝐜𝐢𝐨

☆Un deseo cualquiera☆

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De pequeño siempre solía mirar hacia el cielo, no importaba en que hora del día era, Horacio solo miraba y admiraba todos los secretos que se escondían entre las oscuras cortinas de la noche o entre las esponjosas nubes coloreadas de naranja por el amanecer. Amaba por sobretodas las cosas la maravilla de cambios de color en el firmamento sobre su cabeza, ¿como era posible que en pocas horas el cielo podía pasar de los más brillantes tonos celestes a las distintas tonalidades de morados, o incluso rosas, al atardecer?. Para él, eran y serían siempre preguntas sin respuesta, ya que a pesar de que esos bellos fenómenos naturales tenían una explicación, Perez preferia no saberla, prefería quedarse admirando durante toda su vida, desde el color más llamativo hasta el que menos lo era, de todos los atardeceres y amaneceres que el planeta podía ofrecerle.

Durante el paso de los años en su vida, descubrió que el arte y la belleza no solo estaban en los cielos, si no que tambien podía encontrar e incluso crear piezas magníficas capaces de expresar emociones, palabras, declaraciones y todo tipo de experiencias por cada forma, color o pincelada que se podia proporcionar en un lienzo. Paso mucho tiempo de su vida también estudiando e investigando sobre el arte de su tierra materna, Francia, quedando totalmente maravillado con todas las oportunidades que un simple espacio en blanco podía ofrecer a alguien con al menos una pizca de imaginación.

Pero por mas que decidió dedicar su vida a el arte y a la historia de esta, su pasión por admirar el infinito espacio arriba de lo inalcanzable jamás se perdió, solia compararlo muy seguido con una adicción, ya que por más que estuviera ocupado en algo su mirada siempre lograba desviarse hacía el cielo junto a su infinidad de estrellas y colores, era como sí su cuerpo necesitara perderse de vez en cuando entre toda esa infinidad.

Por eso, una vez, hace mucho tiempo. Vio una estrella fugaz pasar apresuradamente y sin siquiera saludar, y pidió un deseo.

Pidió que, donde sea que este, siempre tener a un pedazo de cielo a su lado, o siempre poder tener un momento y dedicarse a ver el cielo, ya sea de cerca o de lejos. Quería tocarlo y poder describir como se sentía, aún si describir toda una sensación fuera complicado, queria poder verlo más de cerca solo una vez.

Pero lo que probablemente no descubrirla por un tiempo, era que las estrellas sí podían conceder deseos, e incluso podían bajar a saludar de vez en cuando.

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Bueno esta es una breve introducción de una historia que dije. Si, una nueva historia y ni siquiera terminé las otras dos. En fin