•Prologo•

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Prólogo.

T/N Song y Johan Seong se conocieron gracias a Mira, esta llegó a tener un sentimiento hacia T/N, se había enamorado, T/N al enterarse del divorcio de sus padres sus ánimos caen, ya que él junto con su hermano menor tendrán que vivir con su padre en Corea del Sur, al llegar a aquel país asiático, T/N se siente solo, aunque estuviera con su hermano y padre. Un día se topó con Johan cambiando su mundo y su vida, cuando T/N se sentía triste él, Johan, le daba ánimos para no verlo deprimido, gracias a eso, algo en el fondo de T/N comenzó a surgir, Johan había logrado despertar un bonito sentimiento en T/N.

Cuando todo estaba tomando forma un terrible día llegó, Tomás, el hermano menor de T/N, había desaparecido y lo peor de todo es que se culpaba por la desaparición de Tomás, el señor Song le aterraba la idea de que su hijo mayor también desapareciera, lo envía con su madre quien vivía en el extranjero a obligándolo dejar a sus únicos amigos y a su gran amor de la infancia.

—¡Ya cállate papá!— grito y golpeo la mesa molesto mirando al mencionado. —¡Tu no me entiendes, yo también tengo mi propia vida!— reclamó hacia el mayor.

—¡A mi nadie me calla, mucho menos un niño malagradecido!— respondió de la misma manera.

—¡Si no estás a gusto vete de la casa!— habló molesta su madre mirándolo indiferente.

—¿¡Qué!?— exclamó con sorpresa. —¿Irme? ¡Yo!— se apuntó a sí mismo levantándose de la mesa. —¿Por qué? Si ustedes son los descarados que gastan el dinero a su antojo.— miró a ambos padres con rabia. —Creo que los que deberían irse son ustedes.— pronunció con frialdad sin dejar de mirarlos. —Se gastan el dinero y todo es perfecto, pero cuando quiero gastar algo de MI dinero protestan— camino hacia la puerta del comedor para ir a su habitación.

—Hermano…— susurró con tristeza Tomás mirando como se iba su hermano mayor.

Ese era el día a día de T/N y Tomás Song, sus padres siempre protestaban y discutían el mínimo detalle de sus hijos, ocasionando que en cada comida que compartían como familia se convirtiera en un campo de batalla, donde discusiones y gritos eran primero antes que la comida. Los señores Song comenzaron a cansarse de la presencia del uno y del otro dando por fin a su largo matrimonio de 12 años. La madre de ambos niños decidió marcharse una vez que firmó los papeles del divorcio, dejando al cuidado de su ahora ex esposo.

El señor Song al quedarse solo, tuvo que tomar dos turnos en el trabajo, dejando a ambos niños solos en casa, el menor de los dos, Tomás, era alguien extrovertido, sociable y amable, piel semi morena, su corto cabello castaño oscuro, unos hermosos ojos verdes cual zafiros, Tomás siempre estaba dispuesto ayudar al que más lo necesite. T/N en cambio era introvertido y asocial, había veces que tenía ataques de pánico en su escuela, ocasionando que en su infancia no tuviera amigos aunque su apariencia siempre fue hermosa, cabello semi largo color negro como la noche más profunda, una piel blanca como hojas de papel tintado, ojos violetas como joyas de amatista, T/N padecía Génesis de Alejandría o como todos lo conocen Síndrome de Alejandría, es un desorden genético, al nacer sus ojos fueran grises o de color azulado y a partir de los cuatro o cinco años de edad se tornarán de un fuerte violeta, muchas veces llegaba a ser molestando por sus ojos ya que como todos dirían no es muy común.

T/N se encontraba sentado en una de las bancas del parque, dicho lugar estaba cerca de su escuela, su padre siempre tardaba en recogerlo o a veces simplemente se le olvidaba, para él era algo normal, ya se le había hecho costumbre pero aún así sentía tristeza. El peli negro se encontraba contando las hojas que estaban en el piso, hasta que sintió una mirada, levantó su  mirada junto con su cabeza para toparse con los ojos de una niña de su misma edad, el peli negro se sintió intimidado y nervioso, ya que eso solo significaba una sola cosa; burla, solo se limitó bajar nuevamente su mirada en forma rápida, evitaba conectar sus miradas hasta que sintió un toque en el hombro derecho, levantó una vez más su mirada nervioso, observando un cabello marrón agarrado en una coleta alta y sus ojos negros, la niña lo miraba con un a amplia sonrisa.

—¡Hola!— saludó sin quitar su sonrisa. —Soy Mira.— se presentó amablemente.

—…— la observaba en silencio.

—¿Cuál es tu nombre?— preguntó la peli marrón con curiosidad.

—…— el peli negro no respondió, estaba nervioso.

—¡T/N!— gritó el padre del chico al verlo. —Hijo, que bueno verte te estaba buscando.— dijo cuando llegó hacia él. —Perdón por venir a recogerte tarde, me atrase por el trabajo, ya sabes.— ambos menores miraban al adulto. Mira iba a hablar pero T/N fue más rápido.

—Si…— T/N se bajó del banco para caminar hacia su padre. —no te preocupes…— evitaba hacer contacto visual con la peli marrón.

—¡Nos vemos luego T/N!— gritó con alegría mientras movía de un lado a otro su mano.

Al escuchar el grito de la ojinegra se detuvo por un momento, trató de ignorarlo pero su padre lo despidió por su hijo, el ojivioleta estaba seguro que su despedida era falsa y que al día siguiente se burlaría como todos lo hacían. Padre e hijo volvieron a retomar el camino para dirigirse a su casa en completo silencio.

Al día siguiente como era costumbre, T/N se encontraba en la misma banca esperando a su padre, su día fue tranquilo, sus compañeros no lo molestaron como era costumbre, por primera vez estaba feliz y en paz. La misma aburrida rutina de todos los días al terminar las clases, hasta que escuchó una voz familiar, volteo la miraba y se volvió a encontrar con la misma niña del otro día, estaba con esa misma sonrisa pero esta vez la acompañaba las mitades de un sándwich en sus pequeñas manos. Cuando llegó hasta donde se encontraba el ojivioleta se sentó a su lado.

No lo quería admitir pero se sentía muy incómodo con la presencia de la ojinegra, ambos niños se miraban en completo silencio, T/N no estaba acostumbrado al contacto visual y cuando Mira lo veía fijamente se sentía intimidado y nervioso, evitaba su mirada a toda costa, dirigiendo su vista a otro lados.

—¡Hola otra vez niño de ojos violetas!
— saludo, rompiendo el enorme silencio.

—…— volvió a verla callado.

—Seguramente eres tímido.— hablo regalándole una sonrisa. —Ayer no me presenté como debía.— le ofreció la mitad del sándwich que tenía en una de sus manos. —Soy Mira Kim, un gusto conocerte.— sonrió haciendo que sus ojos se formen medias lunas.

—…— el chico tomó aquella mitad del sándwich nervioso, nunca nadie le había regalado nada.

—Te llamas T/N, ¿verdad?— dejó de comer para preguntarle tiernamente este asintió tímido. —¿Tu nombre no es muy común o si?— volvió a preguntó feliz ya que consigo que le respondiera el peli negro.

—…— negó con la cabeza, una vez que terminaron de comer iba a hablar el ojivioleta pero el claxon de un auto lo interrumpió.

—Bueno, me tengo que ir— dijo levantándose del banco. —Toma.— le entregó un pequeño bote de jugo de manzana con una amplia sonrisa. —¡Nos vemos mañana, T/N!— gritó cuando estaba en el auto de su madre, moviendo su mano de un lado a otro.

Inconscientemente se le formo una sonrisa cuando vio cómo se iba la peli marrón en aquel auto, miró el jugo que le dio y se sonrojo al observar que en aquel jugo tenía una calcomanía de un osito negro con ojos violetas. Creo que no sería malo tener una amiga después de todo, ¿verdad? Su padre llegó un poco mas tarde, ya la noche había caído, pero al peli negro no le importó ya que su día fue muy bonito.

•••Aunque no estés conmigo••• ~Johan x Male reader~ Lookism •Retomada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora