Primera parte

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¿Qué hago con este corazón ansioso?
Adiós, ahora tengo que decir adiós.
Simplemente no puedo decir esas palabras cuando mi corazón todavía está lleno de ti.

So long - Paul Kim
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Existieron cientos de maneras en las que pude describir a Yeonjun. Él era, sin duda, alguien increíble para mí, era amable, paciente, lleno de inocencia y optimismo, era como si viera algo bueno en todas las personas aún cuando no tengan nada bueno en realidad, para él, la idea de juzgar era terrible y se sentía mal por hacerlo.

A mi parecer, era un niño grande que solo había crecido en edad y estatura, de resto, su corazón se mantuvo como si fuese muy joven y tuvieran que explicarle cómo funcionaba el mundo, pero no era necesario esa última parte, porque él ya lo sabía, era muy listo, solo que aseguraba que al pensar tanto en lo malo, la felicidad pasaba por delante de nuestros ojos sin siquiera verla, así que Yeonjun solo vivía el día a día como si fuese el mejor de todos.

Me encantaba, cada cosa de él era dulce y perfecta, en serio estaba enamorado. De su manera de pensar, de reír, de hablar, bailar, caminar ¡todo! No existió ni una sola cosa que hubiera querido cambiarle, porque para mí, era el ser más perfecto que pisó este mugriento planeta.

—¡Binnie! —me llamó de pronto y yo tuve que apartar la mirada de mi diario para poder fijarla en él. Sonreí apenas tuvimos contacto visual, su cabello azul mojado por el sudor se pegaba en su frente, también su pecho subía y bajaba a gran velocidad mientras apuntaba el balón que tenía en las manos—. ¿Puedes ser un buen mejor amigo y venir a jugar básquetbol con nosotros? Me falta alguien en mi equipo. Sabes que no puedo hacerlo sin ti.

Suspiré y mordí mis labios algo triste ante sus palabras, aún así, asentí y me coloqué de pie guardando mi diario en su mochila, ya que él había sido el único que había traído una a esa tarde libre en el pequeño estadio de la comunidad. Sonrió en grande cuando llegué a su lado y me dio el balón para luego salir corriendo hacia donde estaba el otro grupo. Yo sin saber muy bien qué hacer, se lo lancé a Taehyun y el juego pareció comenzar.

Sí, bueno, solo existió algo que sí quise cambiar de él, y era el hecho de que yo, Choi Soobin, al parecer era la única persona en la tierra a la que pudo llamar mejor amigo.

Solo eso. Y lo odiaba.

Pero yo nunca me rendí, quería pensar como él y creer que cada día teníamos miles de oportunidades para que nuestras vidas cambiaran, y a pesar de que los días siguieron transcurriendo y nuestra amistad se volvía cada vez más eterna, todavía esperaba el momento en que todo fuese diferente, en que pudiera decir todo sobre mis sentimientos sin temor a nada.

Sin embargo, le tenía miedo a todo, y eso incluía también al hecho de que solo por estar enamorado, perdiera su amistad.

No, eso es algo que no podía aceptar sin importar qué. Perder a Yeonjun, en definitiva, era como una condena eterna al infierno, y yo prefería el infierno donde me tenía que tragar mis sentimientos hacia él, que el infierno de no tenerlo.

Mi mente estuvo cada vez más dolida con esos pensamientos, los cuales no me dejaron concentrarme en aquel tonto partido y terminé con un buen golpe en el rostro por parte de un balón que lanzó Beomgyu en mi dirección mientras yo solo ideaba alguna manera de llamar la atención de mi gran mejor amigo, el lado bueno es que lo logré, el malo es que en ese momento estuvo llevándome arrastrado a casa sosteniendo una bolsa con hielo en mi rostro.

Try Again • Two Shot ˢᵒᵒʲᵘⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora