"Te quiero como para escuchar
tu risa toda la noche y dormir en tu
pecho, sin sombras ni fantasmas, te quiero como para no soltarte jamás" -Mario Benedetti.
"Te quiero para volvernos locos de risa,
ebrios de nada y pasear sin prisa por
las calles, e...
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Para contar esta historia nos tenemos que remontar al 7 de Agosto de 2016, un día después del cumpleaños número 17 de Daniel Ribba, el día en el que se disputó la famosa batalla de Dani vs Trueno vs Replik.
El día anterior, el 6 de Agosto (el verdadero cumpleaños de Dani), Milena, su novia, terminó con él después de dos meses de noviazgo. Le dijo que se había cansado de la "poca comunicación" que tenían y, en parte, Ribba le daba la razón. No se esforzó en hablar más de lo necesario, tampoco le hablaba de forma muy cariñosa, la trataba como a un simple amigo más con la particularidad de que a ella la besaba y la cogía.
Pero que él supiera que ella tenía razón, que supiera que los argumentos de su ex novia eran certeros, no hacía que doliera menos.
Él, a pesar de no demostrarlo tanto, la quería demasiado. La quería lo suficiente como para haberle llorado toda la noche mientras tomaba fernet o alguna que otra birra porque, gracias a Dios, le terminó casi a las doce de la noche. Ósea, después de que se fueran todos los familiares que habían ido a saludarlo por su cumpleaños, por lo que ninguno de ellos lo vio llorando ya que sus amigos lo fueron a buscar para ir a un boliche.
Se sentía pésimo, pero no podía faltar a la gira bolichera de todos los años.
Porque eso era: una gira bolichera por su cumpleaños.
Entre el cumpleaños de Dani y el de su mejor amiga, Gianna, había exactamente 11 días de diferencia y, más o menos, un año después de conocerse y de haberse proclamado como mejores amigos decidieron que éso 11 días iban a ser de pura joda y alcohol. Gianna era dos años más grande que su mejor amigo y ya se había independizado de sus padres hacía ya varios años, por lo que todos esos días él dormía en su departamento. Los días de semana, hacían una juntada tranqui con sus amigos que terminaba alrededor de la 1 de la mañana para que él pudiera ir al Secundario algo descansado aunque siempre terminaba yendo con algo de resaca.
Pero valía la pena, porque la pasaba bien.
Se despertó por los rayos de luz que le daban en la cara. Abrió los ojos con molestia y parpadeó varias veces para adaptarse a la luz del Sol que entraba por la ventana. Cuando abrió completamente los ojos y se adaptó a la luz, observó el techo del cuarto de su mejor amiga, que estaba pintado como sí fuera una galaxia, tratando de recordar algo de la noche anterior. Pero, aunque intentara, solamente podía recordarse a sí mismo con una botella de algo en la mano mientras lloraba, o puteaba, a Milena por haberlo dejado en su cumpleaños.
Vergonzoso.
Miró al costado para ver sí Gianna seguía durmiendo con él y se dio cuenta que no, así que se sentó en la cama. Su vista se dirigió al suelo y había un colchón de dos plazas en el que estaban durmiendo Wos, Ecko y Lit Killah. Sonrió al ver que el único que estaba durmiendo cómodo era Mauro mientras que los otros tenían alguna parte de su cuerpo en contacto con el frío piso de cerámica. Se levantó y se dirigió a la puerta, pero dio una última mirada al cuarto, por pura curiosidad y se dio cuenta que del otro lado de la cama había otro colchón. Con cuidado de no hacer ruido, se dirigió hacia el lado derecho de la cama y encontró que en aquel colchón estaban durmiendo muy cómodamente Tego y Mamba.
