Fórmula de amor (Dr. Stone)

24 2 0
                                    

Notas: Senku x OC. AU sin que el incidente del rayo sucediera, pero todos los personajes viven en la misma época. Derechos a sus respectivos autores como siempre.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Su estómago se sentía revuelto y el dolor causado por el fuerte latido en su pecho le provocaba problemas para respirar correctamente. Su cabeza había dejado de funcionar para ese momento, lo cual era bastante sorprendente para él, quien se consideraba hasta hace unos meses la persona más centrada y objetiva del planeta. A cada paso que daba, siendo escoltado/empujado por sus amigos hacia la sala de ciencias , recordaba poco a poco como había sido que llegó a esa incómoda e irreal situación. 

Un paso. Al ingresar a la preparatoria, su mejor amigo de la infancia, Taiju, y su amiga de secundaria, Yuzuriha, lo acompañaban hacia la ceremonia bajo el delicado caer de las hojas de cerezo. Hablaban de cosas comunes, como lo que hicieron en vacaciones mientras no se vieron, si viajaron a algún lado, los nervios o la emoción de ingresar a una nueva etapa, si comieron algo delicioso el día anterior, etc. Justo en ese momento, una joven de cabello negro y ojos café claro que usaba el mismo uniforme que ellos iba saliendo distraídamente de una pequeña librería, chocando con el joven científico y tirando un par de libros que acababa de comprar. Rápidamente ambos se agacharon para recogerlos, e incidentalmente tocando sus manos, haciendo que los dos alzaran la vista, cruzando miradas. Ella se disculpó de forma tranquila, tanto por el incómodo momento como por el golpe causado por su distracción. Él solo aceptó la disculpa con algo de indiferencia y miró ambos libros antes de entregarlos a la chica. Eran de herbolaria y botánica, algo bastante peculiar pero sin mucha importancia para él. Los otros dos no dudaron en acercarse para comenzar una plática con ella y presentarse, ya que estarían en el mismo instituto y nunca era mal momento para hacer nuevos amigos aunque el casi albino no tuviese interés. 

Otro paso. A las dos semanas, la joven ya era parte del grupo junto con otros chicos llamados Chrome, Kohaku, Ginro y Kinro, a pesar de que este último era el mayor de ellos, estando en último año. Pasaban los recesos juntos, o en ocasiones, chicos y chicas estaban por su parte, pero durante clases, Senku se sentaba al lado de la castaña, estando separados apenas por el pasillo. No tenían una relación muy estrecha, pero podían mantener algunas pequeñas conversaciones sobre biología y un poco de otras ciencias; ella no era una genio como él, pero su interés por saber y aprender cada vez más era sincero, logrando sacar ese lado sabelotodo de él, dispuesto a compartir el conocimiento que la ciencia le había otorgado a lo largo de su vida, siendo de alguna manera recíproco. Ella llevaba constantemente los libros de botánica y herbolaria que había comprado aquella vez, y si llegaba a sentir la (no muy común) mirada curiosa de su vecino de banca, abría un poco más el libro y lo giraba, dejando que el otro echara un vistazo mientras ella daba una pequeña explicación sobre la planta que se mostraba en la foto o dibujo. Si llegaba a haber un dato impreciso o engañoso, él se lo hacía saber y ella de inmediato sacaba su lápiz para hacer la anotación al pie de página o con un post-it. Si había algo que él no supiese antes, se acercaba un poco para poder leer la información del libro, asegurándose de no olvidarlo, y regresaba a su pose de aburrimiento, aunque en el fondo le causara un poco de alegría haber aprendido algo.

Siguiente paso. Ella se había unido al club de jardinería y él al de ciencia, pero eso no evitaba que tuviese una que otra visita de su parte, ya sea porque había terminado antes con sus actividades o porque necesitaba algún tipo de ayuda para cuidar o curar alguna planta enferma y sabía que él siempre tendía alguna solución. Cuando iba solo para pasar el resto de la tarde o por curiosidad, siempre trataba de ser de ayuda, ya sea lavando instrumental, o haciendo alguna mezcla. Era buena siguiendo las indicaciones con precisión y cuidado, como si hubiese nacido con un matraz en mano, y sobre todo, tenía esa chispa científica de entusiasmo por ser participe de algún proyecto nuevo. Si solo lavaba cosas y acomodaba reactivos, hablaba un poco con Chrome sobre geología y una que otra cosa más. Encajaba tan bien en ese lugar, que su bata no tardó mucho en hacerse un espacio entre las de los demás, disponible siempre por si ella decidía pasar la tarde en el laboratorio. 

Serie de One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora