1/ROTO

245 22 3
                                    

Que será eso tan grande y genial que tiene tan entusiasmada a mamá y a tía Mistuki.

Era lo que se preguntaba Izuku Midoriya, un infante de tan solo 8 años, con grandes ojos y mejillas adornadas con unas pequeñas pecas, que jugaba con sus autos en la sala de su hogareña casa.

-Mistuki eso ya es exagerar, a mi no me interesan mucho esas cosas, a mi me gustan mucho más los besos ya que lo haces con la persona que te gusta.- La madre del pequeño niño de baja estatura y grandes mofletes, dijo eso con unas mejillas levemente sonrojadas.

Mamá esta sonrojada...

-Inko no eres una niña pequeña.-Mistuki decía aquello con una mirada burlona en su rostro.-Besar es para niños, tu ya eres una adulta-.

El joven Midoriya ya se había ido después de escuchar lo de hace unos pocos segundos, aquello que la madre de su mejor amigo había dicho.

"Besar es para niños"..

Es lo que pensó aquel pequeño, no se dio cuenta en que momento llegó a su habitación y se sentó en su cama para después, mirar la nada.

-Si besar es para niños entonces podría besar a Kacchan..-Unas pequeñas mejillas ardían de tanta vergüenza por decir aquellas palabras.

-Q-Quiero besarlo, quiero besar a Kacchan ya que lo podemos hacer los niños.-Dicho eso, Midoriya se planteó una meta, poder besar a su querido "Kacchan" ese día.

Después de pensar en cómo hacerlo o en cómo acercarse a Kacchan sin que estuviera con sus nuevos amigos, fue a buscarlo al parque en donde siempre jugaban, pero antes se había despedido de su madre e tía para después así  salir por la puerta principal, mientras ellas aún platicaban animadamente en la cocina.

Midoriya iba caminando hacia el parque donde jugaba junto a su mejor amigo todas las tardes, desde que tiene memoria que conocía aquel pelirubio, siempre estaban juntos y compartían lindos recuerdos a su corta edad, pero Kacchan había conocido a más chicos del vecindario.

Gracias a que conoció a más niños y algunas niñas de sus mismas edades, para el peliverde era difícil pasar más tiempo con su mejor amigo ya que este  jugaba y se juntaba con los nuevos chicos que había conocido, haciendo sentir al pequeño Midoriya un poco solo.

Muy solo..

Sin darse cuenta había llegado ya al parque, así que fue en busca de su pequeño Kacchan, pero no había ni rastro de este. Midoriya le preguntaba a los chicos que jugaban con el cenizo en donde se encontraba este, ellos solo se limitaron a contestar.

- "Dijo que tenía que hacer algo, así que se fue detrás del mercado que está aquí a la vuelta"-

-Gracias!.- Fue lo que dijo el pequeño chico con una gran sonrisa en sus labios antes de ir a buscarlo nuevamente. Pero lo que no sabía era que había dejado a dos niños sonrojados por aquella sonrisa que presenciaron.

Es realmente lindo..

Fue lo que pensaron esos infantes, viendo como el peliverde se alejaba de ellos corriendo hacia el mercado de la esquina.

.

.

.

.

.

.

.

Acercándose hacia al lugar mencionado por los amigos de Kacchan, el pequeño peli-verde pudo ver a su amigo apoyado en la pared trasera de aquel mercado, se vio un brillo en los ojos del pecoso ya que al fin lo había encontrado.

-Kac-!.- Iba a gritar el apodo de aquel chico con ojos rubíes, pero esa imagen que vio lo había dejado en un total frío, congelado y petrificado.

Su Kacchan, Katsuki Bakugo, estaba besando a una chica, la tenía agarrada de las mejillas sonrojadas, con ojos cerrados, se podía ver que el tenía sus propias mejillas rojas. Fue un beso corto pero el pequeño Izuku al presenciar tal acto, en sus ojos ese brillo que hace unos pocos minutos tenia, se esfumó en segundos, ahora su mirada era la de un niño asustado, con terror.

Estaba quebrado, su pecho ardía y quemaba, sin darse cuenta las lágrimas ya bajaban por sus mejillas, se tapo los labios con sus pequeñas manos e intento salir sigilosamente de ese lugar, cosa que consiguió.

Al salir de ahí, sus piernas temblaban, su estómago dolía y removía de forma desesperada, tenía ganas de vomitar. Sin siquiera darse cuenta esas frágiles piernas ya estaban corriendo en dirección a su hogar, se tropezó ademas de rasmillar sus suaves rodillas, pero logró llegar a su casa.

Su madre preguntó cómo le había ido, pero el fue corriendo a su habitación dejando a una preocupada Inko.

-No te preocupes debe de haber ido al baño, ya sabes los niños se la pasan jugando y se aguantan las ganas.- Fue lo que dijo la señora Mitsuki al ver que su amiga estaba con una cara preocupada.

-Tienes razón, puede que después mi pequeño Izuku vuelva a salir a jugar.-

Pero lo que no sabía Inko, era que su "pequeño Izuku" ahora estaba acostado en su cama, envuelto en sus grandes sábanas, llorando en silencio, con lágrimas saliendo a más no poder de sus grandes ojos color esmeraldas.

Ardía..

Su pequeña nariz ahora ya roja moqueaba, su estómago estaba apretado y sus piernas aún temblaban, el pecho dolía tanto que con sus manos empezó a sobar aquella parte de su cuerpo.

Quemaba..

.

.

.

.

Esa noche el pequeño sonriente de cabellos verdes, con unas esmeraldas brillantes acompañadas de unas abultadas mejillas con hermosas pecas y unos labios color cereza, suaves.

Se durmió con dolor en su cuerpo, su pecho y estómago dolían ,con sus labios secos además de una nariz rojiza moqueada a más no poder, sus ojos totalmente húmedos rojos y que apenas podía abrir.

Aquella noche el joven Midoriya se durmió con un pequeño y frágil corazón..

ROTO.




Hola! Aquí weell ╰(*'︶'*)╯♡
Espero les haya gustado el primer capítulo, de esta lectura.

Aun no se con mucha certeza cuantos capítulos tendrá, pero si la continuaré, espero sigan leyendo.

Pequeño AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora