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Louis y Harry al fin llegaron a su casa.

- Oye amor, desde que nos despedimos de los chicos has estado un poco callado y desanimado ¿todo bien?. - preguntó el rizado

- Si, si, todo bien, es solo que estoy un poco cansado, eso es todo. - dijo Louis intentando convencer al rizado.

La realidad era que no, Louis no estaba bien.

El rizado lo veía con duda.

- Cariño, en serio, estoy bien.

- Mmm okay... iré a darme un baño. - el rizado le dio un pico antes de subir las escaleras.

Louis tomó asiento en uno de los sofás e inclinó la cabeza hacia atrás cubriendo su rostro por el estrés que le causaba pensar en su relación con Harry.

¿Qué es lo que haría?
¿Cómo se lo diría a sus mánagers?
¿Harry estaría a salvo del mundo tan cruel en el que vivían?
¿Podria mantener a salvo su amor?

Todas eran preguntas sin respuestas.

Solo necesitaba crear el discurso perfecto para decirle a sus mánagers lo que ocurría entre él y Harry.

Dejó de pensar tanto las cosas y subió con el rizado.
Recordó que le tenía un obsequio y se dirigió a su mesita de noche, de ahí sacó un pequeña bolsa con el logo de Chanel.
El rizado aún no salía de ducharse, así que justo donde había dejado su cambio de ropa le dejó el obsequio.

Aire.

Necesitaba un poco de aire, bajó las escaleras y salió al jardín, comenzó a caminar sin rumbo, solo necesitaba pasar un tiempo a solas con sus pensamientos.
Sabia perfectamente que al regresar lo único que desearía sería que Harry se acurrucara en sus brazos, mientras sentía ese aroma tan exquisito que salía de su cabello.

Harry salió del baño silbando una canción mientras se encaminaba a su cambio de ropa, se colocó su ropa interior, luego un short, pero cuando estaba a punto de agarrar su camisa, se dio cuenta de una bolsa no tan grande con el logo de Chanel, como...

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Harry salió del baño silbando una canción mientras se encaminaba a su cambio de ropa, se colocó su ropa interior, luego un short, pero cuando estaba a punto de agarrar su camisa, se dio cuenta de una bolsa no tan grande con el logo de Chanel, como pudo se colocó su camisa.
Tomó la bolsa y la abrió con cuidado, de ella sacó un perfume color púrpura, colocó un poco en su muñeca y sintió el maravilloso aroma que tenía la fragancia. Con mucho cuidado la colocó en el tocador que tenía en el baño.
Regresó a su cama y tomó la bolsa, dentro había una tarjeta que decía:
"El perfume es la forma más intensa de plasmar un recuerdo."
El rizado simplemente sonrió, definitivamente estaba cayendo profundamente enamorado.

No tardó mucho en terminarse de arreglar, secó su pelo y decidió bajar las escaleras para ir en busca de Louis a la sala.

Nadie.

No había nadie, decidió salir al jardín y tampoco encontró a Louis, se dió por vencido y se encaminó al sofá.
Encendió la televisión y tomó una manta para cubrirse, el baño le había dado un poco de frío.

Minutos después escucha la puerta cerrar y sabe perfectamente que es Louis, así que no se inmutó. El ojiazul se paró frente a el y Harry alzó una ceja. Louis no dijo nada, le quitó la manta, mientras el rizado se quejaba.

- ¡Oye! - exclamó - ¿Que te pasa?.

Louis solo lo cargó en sus brazos encaminandose a la habitación, recostó al rizado en la cama mientras el se quitaba sus zapatos. Se acomodó en la cama y volvió a tomar al rizado entre sus brazos y hundió su nariz en el cabello de Harry.
Harry estaba perplejo, no había dicho una sola palabra, hasta que al fin decidió hablar.

- ¿Todo está bien Lou?. - preguntó tímidamente el rizado.

Louis le puso el dedo índice en su boca.

- Shhhh, solo dame un beso. - el castaño se inclinó un poco para poder atrapar los labios del rizado y comenzó a moverlos.
Se sentía tan cálido y maravilloso, simplemente estaba en su hogar, Harry era su hogar y jamás tendría dudas de ello.

Cuando se separaron, Harry le sonrió y acarició su mejilla.

- Amor, sé que no estás bien, dime lo que ocurre.

- Hazz te prometo que no es nada importante, lo único que deseaba en este día era sentirte entre mis brazos y oler tu maravilloso pelo.

El rizado se acomodó mejor y se quedaron dormidos así juntitos.

Louis hubiese deseado estar así toda la vida con su rizado.

Pero a veces simplemente el universo se encarga de darte lo contrario a lo que quieres.

No has oído esa pregunta que dice: "¿Por qué les pasan cosas malas a las personas buenas?" Bueno, Louis y Harry comenzaran a cuestionarse esa pregunta.

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