✶⊶⊷Capítulo veintiuno⊶⊷ ✶

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—Mi padre

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—Mi padre... es alcohólico y suele pegarme. La última vez que lo hizo termine en coma por una semana. Sé que no es un justificativo para lo que hago pero lo intento Noa, de verdad lo intento.

Thomas se quedó toda la semana junto a mi en el departamento, cuando pasaba por los pasillos parecía alma en pena. Con la cabeza agachada, unas ojeras terribles y el cabello mucho más desaliñado que de costumbre. Subía al techo todas las noches, tal y como lo hacíamos antes de todo esto y se quedaba ahí, observando, traté de acompañarlo varía veces pero él se negaba.

Hasta que una noche decidió hablar de lo sucedido, le di su tiempo, nos sentamos en el sofá y el empezó.

—Intento dejar de consumir esas mierdas pero no puedo, no puedo—lágrimas ruedan en sus mejillas, sus manos están en un puño—me drogo y a causa de eso, tengo muchos enemigos, a los que les debo dinero por esas malditas drogas.

Entre abro los labios sin saber que decirle o que hacer para que se sienta mejor. Quiero ayudarlo. Demonios. Me destroza verlo así.

—Está mal, lo sé. Me estoy hundiendo, también lo sé. Pero lo que no sé, es como quitar el dolor y las llamas que gritan en mi interior amenazando con quemar todo a su paso, temo quemarte a ti.

No puedo más y lo abrazo. Tratando de quitar todo su dolor y queriendo aliviarlo. Thomas al decir cada palabra sus ojos no reflejan odio. No. Reflejan decepción y derrota.

—Lo superáremos Thomas, estaré contigo en cada paso que des, lo haremos juntos. Nunca te dejaré solo. No dejare que te consumas.

Lo despego, sostengo su rostro entre mis manos y lo beso en los labios. Nuestro beso es delicado pero a la vez extasiante, demuestra necesidad, y de alguna u otra forma, sabemos que nos tenemos. Que no nos dejaremos ir.

Me separo y lo miro, el sube su mano hasta mi mejilla y la acaricia. Mis mejillas están calientes.

—Creo que ya lo entendí—indicó él.

—¿El qué?—pregunte, confusa.

—Qué teniéndote a ti no me hace falta nada. Teniéndote a ti... estoy en la cima del cielo.

En la cima del cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora