Era una mañana cómo cualquier otra, los rayos del sol brillaban, pájaros cantando, padres apresurados para ir a una dura jornada laboral, niños y adolescentes preparándose para ir a la aburrida escuela.
Un castaño se encontraba amarrando se las agujetas de sus botas color marrón, ya preparado, salió de su habitación y bajó las escaleras que guiaban a la sala de estar.
Ya en el piso de abajo, miró el reloj que adornaba la pared grisácea.
– Las 6:47 AM – dijo en sus pensamientos mientras pensaba en si desayunar o no.
Decidió no hacerlo, ya que por lo general a estas horas no le daba hambre.
Al no escuchar a su padre, asumió que ya se había ido a trabajar, ser doctor es un trabajo muy cansado.
Se dirigió al jardín de enfrente, en dónde su madre se la pasaba la mayoría de las veces, y como lo pensaba estaba ahí, regando sus lindos tulipanes.
La rubia al notar la presencia de su hijo no hizo nada más que dar una tierna sonrisa, una sonrisa de la cuál su primogénito había heredado.
– Mamá, ya tengo que irme – mencionó el menor.
– Esta bien cariño, recuerda ir con cuidado, de acuerdo? – mencionó mientras al mismo tiempo le daba un abrazo y un beso en la mejilla a su hijo en forma de despedida.
– De acuerdo, no tienes porque preocuparte mamá, después de todo tengo 16 años.
– Y no por tener esa edad significa que dejaras de ser un niño distraído, verdad? – dijó la rubia con un tono burlón, no le importaba cuánto él creciera, seguiría siendo su bebé.
El castaño al escuchar lo que su madre había dicho, lo único que hizo fue reírse nervioso, su madre tenía razón era muy distraído en algunas veces, queriendo dejar el tema fingió que era tarde, y sin más se despidió para tomar camino al instituto.
El camino más rápido para llegar a su destino era que conducía al medio del bosque, la preparatoria quedaba del otro lado, así que siempre pasaba por ahí, el lugar siempre estaba sólo y se rumoreaba que había cosas que nadie quería encontrar, Andrew sabía que eran rumores, pero uno nunca sabe.
Al llegar, lo primero que hizo fue buscar a un chico de cabello platinado, al encontrarlo se acercó a él, el chico al sentir su presencia lo saluda alegremente.
– ¡Hola Andrew!, ¿Cómo te ha ido, camarada? – preguntó con su típico tono alegré.
– Hola Zelig, me ha ido bien – contestó el castaño – ¿Y a tí como te ha ido? – repitió la misma pregunta a la vez que daba una sonrisa.
– ¡Me ha ido realmente bien!, Pero es hora de ir al aula que hoy toca matemáticas, sabes cómo es la profesora Halsey y no queremos tener problemas con ella, cierto?.
– Tienes razón, no queremos hacerla enfurecer.
Al decir esto el castaño se dirigió a su casillero tomando los materiales de la materia, Zelig hizo lo mismo.
Entraron al salón de clases, y pronto cómo se sentaron en sus asientos, entró la profesora Halsey.
– Buenos días chicos, hoy tendremos exámen sorpresa, muchos de ustedes se notan distraídos así que no hay nada mejor que un exámen sorpresa para quitar esas distracciones.
– No puede ser, no estoy preparado para un exámen – susurró el chico de ojos esmeralda.
– Demonios, yo tampoco he estudiado, parece que es nuestro fin – maldijo en voz baja el de ojos grisáceos.
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Andrew Dankworth - Origen [Pausada]
Random- "Me digo a mi mismo, estoy bien" - "Por favor, que alguien me detenga, porque parece que yo no puedo hacerlo". - " Me has quitado mi felicidad, ahora deja te quito la tuya" ❏ : Está historia es un remake porque la otra daba cringe. ❏ : Annie aquí...