Andrew iba camino a casa con un pequeño amigo en brazos, el cuál era de pelaje grisáceo, y unos lindos ojos color azul zafiro.
El chico iba demasiado pensativo que no se dió cuenta que ya había llegado a casa, al estar conciente de eso, optó por abrir la puerta, revisar que no hubiera ninguno de sus padres cerca, al no verlos, con pasos silenciosos intento subir las escaleras pero escucho una voz detrás de sí.
– ¿Qué es lo que llevas ahí, jovencito? – cuestionó su madre al notar la caja.
– Em, ¿Sorpresa? – dijo al mismo tiempo que le enseñaba lo que había en el interior de la caja.
– ¿Un cachorro?, ¿Qué haces con un cachorro en esa caja? – la rubia quería una respuesta por parte de su hijo.
– Estaba solo en el bosque, llorando porque talvez tiene hambre o sed así que decidí tomarlo porque papá y tú, no me han dejado tener una mascota – reprochó el castaño.
– No te dejábamos tener una mascota porque eras pequeño y podías lastimarla, también porque era mucha responsabilidad, ahora que eres un poco mayor y responsable puedes quedartelo – le respondió la mayor con una sonrisa.
– ¿Enserio?, Si es así ¡Gracias! – exclamó un alegre castaño.
Roseanne no pudo evitar sonreír al ver la felicidad de su primogénito, adoraba verlo así, realmente le recordaba a su esposo, quien no tardaba en llegar, así que fué a preparar el almuerzo.
Andrew se encontraba en su habitación terminando sus tareas mientras el pequeño cachorro mordía uno de sus calcetines.
– ¿Eh?, ¡Suelta eso! – regañó al cachorro quien no quería soltar el calcetín.
El cachorro estaba muy aferrado al calcetín, Andrew no quería forcejear de más pues tenía miedo de lastimarlo así que no tuvo más opción que ceder, después de terminar la última tarea se dirigió al baño de su habitación a darse una ducha.
Después de algunos minutos en el baño con la toalla enrollada en la cadera salió del baño, abrió el inmenso closet en donde tomó ropa para vestirse, al estar vestido se peinó un poco, después salió al pasillo donde se acercó a la ventana del fondo, viendo cómo los niños jugaban en los jardines al mismo tiempo que sonreía no sabía porque lo hacía pero tampoco le importaba saberlo, estaba tan metido en sus pensamientos hasta que la voz de su madre lo llamó:
– ¡Andrew, hora del almuerzo!
– Voy en un minuto – contestó en voz alta sin despegar la vista de la ventana.
Andrew tomó su asiento habitual, en cuál se ubicaba a lado de su padre, al momento de que esté se haya sentado, su madre le da el platillo.
Mientras sus padres hablaban de como había sucedido su día, él se mostraba pensativo, no sabía que pensaba simplemente se perdía en su mente, como si de un gran bosque se tratará.– Andrew – su madre le había preguntado de como le había ido en la escuela pero al ver a su hijo perdido comenzó a llamarlo varias veces.
– ¡ANDREW!.
El chico salió de su trance al escuchar el grito de su madre.
– ¿Qué pasa? - el muchacho cuestionó algo confundido.
- ¿Te encuentras bien?, te pregunté cómo te fué en la escuela - dijo la mujer en un tono de preocupación.
- ¡Me fue de maravilla!
- oh, se me olvidaba, Andrew trajo consigo un cachorro.
- ¿Eso es verdad, Andrew?
- Sí, es verdad.

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Andrew Dankworth - Origen [Pausada]
De Todo- "Me digo a mi mismo, estoy bien" - "Por favor, que alguien me detenga, porque parece que yo no puedo hacerlo". - " Me has quitado mi felicidad, ahora deja te quito la tuya" ❏ : Está historia es un remake porque la otra daba cringe. ❏ : Annie aquí...