Prólogo

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Muy buenos días, tardes o noches queridos lectores. Es un placer, como siempre, narrarles el prólogo de esta fascinante historia.

 Es un placer, como siempre, narrarles el prólogo de esta fascinante historia

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˚ PROLOGUE ₊˚✧

Los brillantes rayos de sol en aquella mañana del 7 de marzo de 1813, se hicieron presentes en cada ventana de cada habitación de Londres. Dando la bienvenida a otra temporada más en la sociedad.

Era un día sumamente importante para muchas damiselas pues, había llegado el momento para el que las habían preparado desde que tienen uso de razón, ser desposadas.

Muchas entusiasmadas, muchas nerviosas y otras desganadas, con estas últimas, la princesa Camille.

Quien desde la noche anterior, había estado siendo atormentada por todas sus "amigas" nobles, o como ella las llamaba; cabezas huecas, sirvientes y por supuesto su madre, sobre aquel tema de la sociedad y el matrimonio.

Aunque como princesa podía tomar decisiones sobre su vida con muchas libertades, excluyendo a las tareas reales, era algo realmente obvio el que no tener una compañía, no era conveniente y las personas no lo dejaría pasar, además, su familia jamás permitiría eso.

Al despertar, paso algunos cuantos minutos con su vista se fija en algún punto en el techo aún acostada. Estaba confundida y claramente inconforme al ya saber lo que le esperaba en tal desdichado día.

—Buenos días, su majestad— La gran entrada a su dormitorio fue abierta por una de las tantas personas del servicio que había en el palacio en el que residía la peli negra.

Velozmente, cerró sus ojos y simuló estar en un profundo sueño, lo que no tuvo mucho éxito.

— Es hora de levantarse, hoy será un día crucial — Sonrió mientras abría las hermosas cortinas que impedían el acceso a la luz.

—¡Aaaaaaaa! — Se quejó envolviéndose en las sábanas, fastidiada— No quiero

— Vamos princesa, tiene que pararse de esa cama para que la preparemos, debe de estar hermosa, más hermosa que de costumbre.

—Que estupidez— bufó en alto y apretó las sábanas furiosa para después ser arrastrada contra su voluntad hacia el cuarto de baño.

Camille pronto estaba siendo arreglada por 5 sirvientas que la vistieron con un hermoso vestido, peinado y maquillaje. Pero, ella, mantuvo una expresión de disgusto.

— Se ve... hermosa, como siempre, su majestad— Comentó una, viéndola maravillada

— Muchas gracias, a todas, pueden retirarse — Sonrió levemente y esperó a que salieran de su habitación p.

Todas obedecieron al instante, se despidieron, y abandonaron la habitación. Una princesa desganada se recostó en un sillón de color menta e hizo una rabieta.

BRIDGERTON |Finn Wolfhard|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora