A TU LADO |Narusasu|

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< Aceptemos que probablemente habrá algo extraño, que a toda costa tratará de cambiarnos, pero no podrá alterar nuestra historia >

Logre cumplir mi sueño anhelado, el que muchos afirmaron que sería imposible.

Ser Hokage.

El día de mi ascenso tal vez no fue el ideal, en realidad, me sentí muy decepcionado ¿Cómo me pude perder MI ceremonia? Había fantaseado con ese día ¡Por tanto tiempo! Debió ser perfecto, pero el "destino" me jugó una broma muy pesada.

A pesar de ello, la primera vez que me senté detrás de este escritorio y poder catalogarlo como mío fue increíble, me sentí lleno ¡Feliz! Sin embargo... ahora... me he desbordado.

Creí, que ser el Séptimo Hokage, sería la etapa más plena de mi vida. Sin embargo, hoy y en los últimos años solo me he sentido agotado, hastiado y con un terrible dolor de cabeza.

En momentos como este, frente a una enorme lista de deberes y actividades diplomáticas por hacer, una escurridiza y algo indeseable pregunta viene a mí.

¿Realmente debí convertirme en Hokage?

Fije la vista en los retratos de mis antecesores, como si en ellos estuviera la repuesta.

¿También se sintieron así? Como si este, no fuera el lugar en donde deberían estar... Anhelando constantemente algo más, pero sin tener la certeza de lo que es.

No me malinterpreten, no es como si odiara mi trabajo. Es como... si compraras un par de zapatos por los que has ahorrado toda tu vida, pero al usarlos sean incómodos. Cuando me percate de mí "incomodidad" me sentí muy culpable y un poco tonto, así que, trate de olvidarlo con más trabajo.

Las tareas políticas y administrativas no son de mí "estilo", además de ser la forma más aburrida de quedarte sin energías, pero debo de hacerlo, si quiero cumplir mis promesas y ambiciones. De niño idealice demasiado este puesto, pero cuando acepte ser Hokage sabía muy bien a lo que me enfrentaba, me prepare por años para esto. ¡Tengo que ser el mejor! ¡Mejor que cualquier Kage! No puedo renunciar, simplemente, porque me es "incómodo"

Por suerte... no estoy solo. Este puesto es compartido con Sasuke, el Hokage de las sombras.

El panorama a mi alrededor no ha cambiado, ahí estaba la misma cantidad de trabajo, pero ahora me siento "recargado". Desde que conozco a Sasuke, pensar en él siempre me da una especie de energía, de niño era para borrar su arrogante sonrisa y ahora es <<No quiero decepcionarlo>>

Me levante de mi asiento y empecé a estirarme, últimamente escuchar a mi cuerpo tronar, se volvió algo terapéutico. Y como periódicamente hacía, cerré mis ojos y me concentre en su chakra. Esto puede parecer acoso... pero sentirlo, saber el cómo y dónde está, me da tranquilidad y también me hace sentir como si estuviera junto a él.

Sorpresivamente, hoy no está a miles de kilómetros o en otra dimensión... ¡Está de camino a Konoha! Sentí un subidón de adrenalina ¿Debería salir a recibirlo? O ¿Pareceré muy desesperado?

Al final, opte por quedarme en mi asiento ¡No inflaré su ego, más de lo que ya está! Prepare mentalmente mi saludo, debería ser lo más desinteresado posible, aún estoy dolido por no haberme contactado en ¡2 meses!

— ¡Usuratonkachi! Si sigues perdiendo el tiempo, nunca saldrás de esta oficina.

— ¡Sasuke! — Reproche, pero se escuchó, más como un saludo amistoso.

Vestía su habitual vestimenta negra, pero su frente estaba sudorosa y su respiración era muy pesada, como si hubiera salido una pelea campal.

— Has estado muy activo... deberías descansar unos días. —Sugerí