¿Por qué yo? (Miyamura x Hori)

La pregunta.

¿Por qué...?

Esa era la preguntaba que rondaba por la cabeza de Miyamura cada vez que veía a Hori.

¿Por qué una persona tan asombrosa como ella se fijaría en alguien como él?

Ella era la chica más hermosa que había visto en toda su vida, muy inteligente, muy amable, muy valiente, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara, tenía un gran sentido de la responsabilidad y un sinfín de cosas más... Ella era la chica perfecta.

En cambió él... Bueno, era considerado por todas las personas del colegió como un chico raro y perturbador. Él era una persona muy reservada y con una actitud fría y seca, tenía pocos amigos y muchos ignoraban por completo su existencia. Eso último no le molestaba, pues ya se había acostumbrado a que fuera así por el resto de su vida.

Pero entonces... Kyoko Hori apareció en su vida.

La manera en que se conocieron fue un tanto peculiar, ya que fue gracias a un pequeño incidente que sufrió el hermano menor de ella. Aún recuerda como el menor de los Hori se asustó por el ladrido de un perro y termino callándose, lastimándose la nariz. Todavía se sentía mal por lo que le ocurrió a Sota ese día, pero en el fondo agradecía haber estado en ese momento para ayudarlo, pues fue gracias a él que conoció a la que sería la dueña de su corazón.

Ese día ayudo al pequeño niño a llegar a su casa y fue ahí donde, por primera vez, entablo una conversación con Kyoko. Y desde ese entonces ambos se volvieron cada vez más cercanos.

Al principio solo iba a la casa de Hori para jugar con el pequeño Sota, pero luego iba para visitarla tanto a ella como al resto de su familia, que sorprendentemente lo terminaron aceptando como uno más de la familia. Y conforme pasaba el tiempo, iban surgiendo ciertos sentimientos por la joven peli-marrón. Al principio pensó que solo se trataba de una gran amistad y respeto hacia ella, pero en realidad esos sentimientos eran de amor. Estaba enamorado de Kyoko.

Al principio trato de negarlo, creyó que solo estaba imaginando cosas sin sentido. Pero al final termino aceptando los sentimientos que albergaba su corazón, pero eso no significaba que iba a confesársele, ya que se hacía a la idea de que ella jamás saldría con él, aunque el mundo llegara a su fin. Y no la culpaba, pues ¿quién quisiera salir con un don nadie como él? Trato de ignorar esos sentimientos por un tiempo, pero cada vez que se esforzaba en olvidarlos más le dolía saber que la chica que le gustaba era alguien inalcanzable para él...

O al menos eso era lo que pensaba antes.

Un día, cuando ella se encontraba enferma y él fue a cuidarla, le confesó que estaba enamorado de ella. Claro, lo hizo porque pensó que Hori estaba tomando una siesta (aunque una parte de él, en el fondo, sabía que no era así) y al final resulto ser que ella estaba fingiendo estar dormida y escucho cada una de sus palabras. Miyamura pensó que ella lo rechazaría y le pediría que jamás volviera a acercarse a ella, nunca más. Sin embargo, fue grande su sorpresa cuando ella le confeso que también estaba enamorada de él. Decir que ese era el día más feliz de su vida era quedarse corto. La chica de la cual estaba enamorado sentía lo mismo que él. Y fue en ese momento que ambos empezaron su nueva relación como pareja.

Al principio su forma de comportarse no había cambiado mucho, pero con el paso de los días, las lindas palabras y las muestras de afecto se hacían cada vez más constantes, al igual las sonrisas, las llamadas casi interminables, los mensajes y las visitas a la casa de ella. Para Izumi, esos días eran como un sueño perfecto... casi.

Todo era felicidad, hasta que esa pregunta volvía a retumbar en su mente: ¿Por qué...?

Miyamura era consciente de que Hori podía conseguirse alguien mejor, alguien mucho más guapo y listo que él, mucho más divertido e interesante, alguien que no fuera visto como un bicho raro por los demás... Alguien que estuviera a su altura.