Único capitulo

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(◠‿◠✿)

—¡Necesito que vengas ahora, Matt! —el abogado Matthew Murdock se sentía dentro de un dejá vu, caminaba por las calles de Nueva York rodeado de gente con una vida igual de ocupada como la suya, pero se sentía como si una marea invisible y tensa les rodeara hasta el cuello a él y a todas las personas a su alrededor. Así eran los días para el pelirrojo invidente desde hacía mucho, pero recientemente la marea se había elevado dos centímetros más. —Ya no puedes postergarlo más, estamos hablando de tu salud.

—Tú solo estás exagerando, Foggy. Estoy bien.

—Ojalá los zapatos de Karen pudieran decir lo mismo, amigo. —Matt fue alejándose de la multitud hasta lograr dar con un callejón que le conectaría con el final de la siguiente avenida, se sentía pesado y todo parecía dar vueltas a su alrededor mientras las personas comenzaban a desaparecer y todo ruido era absorbido mientras vomitaba sus órganos en el primer bote de basura donde logró apoyarse. Su propio corazón parecía estar interviniendo dentro de sus tímpanos.

Las cosas no estaban bien como tanto se lo quería hacer ver a Foggy, lo que estaba escondiendo no era algún tipo de enfermedad grave que le avergonzaba por tener que forzarlo a ausentarse un tiempo del bufete. No, esto era... su cuerpo estaba en un canal mucho más profundo que una apendicitis, Matt deseaba que fuera eso, más sin embargo la vida no es siempre como uno quiere; uno no puede evitar que los accidentes ocurran y si estos fueran planeados entonces dejarían de llamarse así. Una mano se posó sobre su espalda y le masajeó con cuidado.

Idiota, esto también era su culpa. Para hacer un bebé se necesitaban dos personas, Matt quiso golpearse a sí mismo; así no debería ser su vida y así no es como debería ser su cuerpo. Maldición, el efecto de los químicos radiactivos en su cuerpo habían causado un cambio drástico en su anatomía interna; un cambio completamente grave que pasó inadvertido para él hasta una semana atrás en la que... —Hey, Rojo. ¿Te sientes bien?

Sintió dos latidos dentro de su cuerpo y no, no estaba hablando de su propio latir y uno extra como proveniente de sus orejas o algún lugar golpeado ¡Era un sonido diminuto saliendo de un vientre que al parecer tenía y estaba funcionando!

—No es el momento, Frank.

—Lo sé, Rojo. No soy tan estúpido. —Sí lo era, claro que lo era, claramente la única alma gemela que Dios veía digna de él era un estúpido genocida que veía las calles de la ciudad en donde ambos habían crecido como un campo de tiro abierto las veinticuatro horas. Matthew respiró hondo en un intento por prevenir más arcadas, no estaba para volver a discutir con Frank, no quería hacerlo. Suficiente había tenido con sacarlo de su vida en los últimos meses sin dar verdaderas explicaciones ¿Cómo podría decirle que sabía que era el castigador? ¡¿Cómo podría explicar el por qué lo sabía?! Murdock intentó erguirse, pero ante el rápido movimiento casi se cae. —Déjame ayudarte.

Frank le atrapó en un movimiento rápido y el rostro de Murdock se hundió en el pecho ajeno: olía a pólvora y sangre, era un aroma casi imperceptible para una persona normal y, sin embargo, para Matt era como si Frank recién hubiera salido de una de sus masacres. Aun con ello no podía evitar sentir la calma que el tacto de su alma gemela infundía en él cada vez que se tocaban de forma directa: Era un fenómeno paradisíaco.

—¿Cómo me encontraste, Frank? —el pelirrojo no se alejó, sentía que el malestar que la pequeña pasa en su interior le causaba desaparecía lentamente con Frank sosteniéndolo con firmeza y brindándole una suave caricia a su cabello. No debía estar ahí, era incorrecto e injusto para ambos en partes iguales. No podían ser amantes en el día mientras casi se mataban en las noches.

—Te vi por casualidad cuando iba a desayunar a una cafetería y como te veías tan mal decidí seguirte —Murdock no pudo evitar sonreír por aquella mentira que sonaba tan honesta, Frank era buen mentiroso, pero no lo suficiente. Matt lo dejó pasar, Matthew Murdock siempre lo dejaba pasar... Daredevil no. Así eran las cosas—Déjame ayudarte, Matthew.

Deudas con el Destino [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora