Love me or Leave me (OS MICHAENG)

OS

MINA

Con mis manos sudorosas abro aquella puerta por la cual hemos cruzado varías veces tú y yo en diferente momento.

Esta noche quizás sea la ultima vez que nos veamos o quizás no, todo depende de ti, cariño.

Esta noche todo lo dejo en tus manos. Todo está en tus manos.

Con un largo suspiro me siento sobre esa cama donde he sido tuya incontables veces, donde por varios días, incluso noches me he entregado a ti en cuerpo y alma desde aquel día que nos conocimos en el bar de tu prima.

¿Lo recuerdas?

Yo si.

Aún recuerdo perfectamente como esa noche quise hacer otro intento por olvidarme de esa persona que me había lastimado el corazón anteriormente.

Esa noche, Sumida en mis pensamientos sentada frente a la barra con una copa de Whisky en mis manos, oí tu sensual voz diciéndome un —Hola.—detrás de mí, cerca de mí oído. Sin haberte mirado aún, me erizaste la piel con tan solo oír tu voz.

Me giré levemente encontrándome primeramente con tus ojos oscuros, cautivadores. Me tomó un momento poder despegarme de ellos ya que me había quedado atrapada en tu mirada. Recorrí tus cejas, nariz, pómulos, tus labios y finalmente en tu lunar.

Eras tan hermosa, tan malditamente perfecta.

Te respondí un—Hola.—De vuelta y me sonreíste. Esa sonrisa que formó los hoyuelos más lindos que pude haber visto en una persona. ¡Por Dios! Si que eras perfecta...

—¿Puedo invitarte una copa?.—dijiste colocándote a un lado de mí, reposando tus brazos sobre la barra. Te veías tan tranquila, a diferencia de mí que estaba embelesada con tu belleza.

—C-Claro.—Respondí sin dejar de mirarte a los ojos, aquello ojos felinos que me atraparon desde el primer segundo en que los miré.

—Son Chaeyoung.—Te presentaste con tu linda sonrisa.

—Myoui Mina.—Dije. Un gesto de sorpresa hiciste cuando oíste mi nombre.

—¡Vaya! Ese es un hermoso nombre. Como la dueña.—Agregaste haciéndome bajar la mirada por primera vez. Ese comentario fue lo único que pudo hacer que dejara de mirarte.—¿Un trago?—Preguntaste al ver mi vaso ya casi vacío.

—Claro.—Contesté después de pensarlo un momento.

Después de pedir nuestros tragos recuerdo que preguntaste por qué estaba sola y yo te mentí. No quería que tuvieras lastima de mi.

Una chica ahogándose en licor por un desamor. Que estúpido.

Tras el segundo trago que te acepté sin dudarlo. Me contaste de tus aventuras por el mundo, de tus gustos musicales, tus gustos en la moda y con cada palabra, gesto, sonrisa y mirada tuya, me fui perdiendo más y más en ti... ¿Que clase de persona eres? me pregunté mirando tu perfecto perfil.

Mi corazón vacío y herido había encontrado esa noche una chispa de luz en toda su oscuridad.

Increíblemente habías sido la única persona en meses que logró hacerme sonreír y reír de verdad en menos de una hora.

—¿Me harías el honor de bailar esta canción conmigo?—Te pusiste de pie de repente cuando escuchaste la intro de una canción que sonaba de fondo cortando así tu relato de Chicago. Hasta ese momento nos habíamos bebido cuatro tragos cada una. Estar bebiendo constantemente me había hecho más fuerte supongo porque estaba perfectamente bien.

—Por supuesto.—Respondí. Me extendiste la mano que titubeante tomé. Ese había sido el primer contacto físico que tuvimos, causando una reacción electrizante en mi. Sonreíste. ¿Por qué lo hiciste?
Tus largos dedos se entrelazaron entre los míos arrastrándome entre las mesas hasta la pista. Tu cálida y suave piel sobre la mía fue reconfortante. Tu agarre fue suave, pero fuerte a la vez.