En tu mente - Jisbon

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Llevo semanas tratando de negar mis propios sentimientos, busco excusas absurdas e infantiles para pasar el menor tiempo posible contigo; pero mi instinto siempre termina ganando el pulso. No puedo continuar así y he de rendirme a la evidencia de que me he enamorado de ti, irremediable y perdidamente. Mi corazón, que ha pasado tantos años en el olvido, ha revivido de una manera que no conocía. Esto que siento es amor y me he dado cuenta de lo maravilloso que es sentirlo. Me gusta quererte, Lisbon, me hace sentir vivo y con esperanza.

De pronto es como si todo hubiese cambiado entre nosotros. Desde el principio dejaste claro cuáles eran tus prioridades, y hasta lo entendía; yo para ti no era lo principal y siempre pusiste una barrera entre nosotros; pero desde hace varios días, noto como si te fuese imposible mantener la distancia. Este cambio me ha dado una renovada esperanza, y la utópica idea romántica de que tú te enamores de mí, cobra cada día más sentido.

Una actividad tan común como sentarse a tomar un té con otra persona, se ha convertido en toda una aventura si lo hago contigo. Recuerdo al principio te sentabas lo más separada de mí, guardando escrupulosamente la distancia. Poco a poco, fui ganando tu confianza (¿recuerdas cuándo te atajé en mis brazos?), ambos nos relajamos y comenzamos a romper aquella barrera. Hasta que una noche, tras una dura jornada de trabajo y como si fuese lo más normal del mundo, te sentaste junto a mí y apoyando la cabeza en mi hombro, acabaste por completo con toda formalidad jefe-consultor.

Desde el día que estuvimos cara a cara por primera vez, mis amaneceres han sido diferentes; aun con lo frustrante que a veces es trabajar contigo, o cuando conocía a alguien sabía que no duraría porque algo había cambiado en mí y aunque me negaba a reconocerlo, en mi mente solo estabas tú, sólo te quería a ti. Cada día, desde que nos conocimos, con cada caso que hemos resuelto juntos, he aprendido de tus habilidades, me has enseñado a pensar fuera de la caja, me sentía más viva (esto sí que no pienso reconocerlo)... y entonces, pasó, aquella mañana me desperté y lo único que encontré fue un mensaje tuyo en el que decías que me echabas de menos. ¡Me echabas de menos a pesar de verme cada día! No pude hacer más que sonreír, me alegraste la vida y al llegar a la oficina, sin mediar palabra me acerqué a ti y te abrecé.

Después de aquel breve y decidido abrazo, las muestras de afecto fueron en aumento. El simple acto de decirte que te echaba de menos había surtido efecto y desde entonces, cada mañana te sorprendí con un nuevo mensaje. Son pequeños detalles que te hacen feliz, y si tú estás feliz, yo lo soy también. Ojalá pudiera sorprenderte con una cena a la luz de las velas o con un paseo nocturno por la ciudad, tomados de la mano y sin pensar en que te estaría poniendo en peligro por estar de esa manera junto a mí. Daria lo que fuera por tener una sola oportunidad.

De pronto, tu actitud vuelve a cambiar; las alegres conversaciones y las bromas ocasionales nos han dado la espalda con tu repentina tristeza. Tus encierros en el ático han empezado a ser más frecuentes, no contestas mis llamadas y ahora es con Cho con quien hablas. Ojalá pudiera entrar en tu mente y descubrir qué es lo que te tortura. Continúas aceptando mis abrazos improvisados, pero noto la frialdad entre nosotros, entre nuestros cuerpos.

Intento no pensar en ti por miedo a que él pueda entrar en mis pensamientos y saber lo mucho que significas para mí. No soporto la idea de que pueda pasarte algo malo por el simple hecho de amarte, pero tampoco soporto la idea de que jamás tendremos un final feliz. Mi amor por ti crece cada día, imparable. Algo que para el resto de los mortales es algo precioso, a mí me está rompiendo el corazón y peor aún, sé que te estoy haciendo daño. Desearía no continuar enamorándome de ti, pero es algo tan imposible como pedir que no llegara la noche.

No hay nada más cierto que el hecho de que las mujeres podemos intuir lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que llaman el sexto sentido. Apenas he necesitado tiempo para averiguar qué es lo que te mantiene distante y perdido. Si supieras que tú eres todo lo que deseo, y de lo segura que me siento cuando estas a mi lado... se lo difícil que sería para nosotros avanzar en esta relación, pero necesito hacerte entender que juntos podemos, sé que es así porque a lo largo de mi vía he visto cosas que, a priori, parecían imposibles, y lo nuestro no lo es, mi amor. Ojalá supieras las ganas que tengo de gritar frente a todo el BIC que me muero por el consultor adicto al te que en este momento finge dormir.

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⏰ Last updated: Feb 23, 2021 ⏰

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