he killed mi ego

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daesung peinaba sus largos cabellos, mientras repasaba una y otra vez en voz alta.

- mi nombre es kang daesung, me acabo de mudar desde itaewon... espero llevarme bien con ustedes... ah no seas tonto, daesung; no digas eso. - decía para si mismo mientras se veía reflejado en el espejo del baño. palmeó su rostro mientras rodaba los ojos, debía controlarse si no quería morir de nervios.
el jamás había sido el nuevo, siempre le tocaba recibir a los nuevos por lo que esta vez quería llorar de tan solo imaginarlo.

daesung recién se había mudado a la capital, pues su madre por fin logró su sueño de abrir una cafetería en aquella ciudad.
y bueno, para daesung era algo totalmente abrumador, pues había crecido en una pequeña ciudad en la cual todos se conocían; algo poco o nada parecido a la ciudad; todo parecía inmenso y agobiante, quería hacerse bolita y no volver a saber de nadie. y no solo eso, había dejado atrás a quien a sus cortos diecisiete años había considerado la persona con la que quería estar para siempre, su amado seunghyun.
si bien, el pudo haberse quedado en casa viviendo con su tía y primos, era incapaz de dejar a su madre sola.
así ambos podrían disfrutar el sueño de su madre, que ahora se había vuelto realidad.

y ahí se encontraba, rumbo a su primer día de clases; y es que apesar de siempre haberse considerado como un chico extrovertido y amigable, no podía negar que se sentía aterrado, todo esto era bastante nuevo para el, pero no podía quedarse ahí, quería hacer amigos, conocer gente nueva.

sonrió para si mismo y se acomodó el uniforme. salió de su departamento, no sin antes darle un beso en la mejilla a su madre.
tomó su mochila y emprendió marcha a su nueva escuela. Durante el camino estuvo repitiendo en su mente la manera en la que se presentaría ¿qué opinarían de el? ¿haría amigos? ¿con quién se sentaría en el descanso? dios, ¿desde cuándo sobre pensaba tanto las cosas? suspiró y negó con la cabeza, lo mejor sería esperar.

una vez que llegó a la escuela realmente se sorprendió de que ningún auto lo hubiera arrollado, pues aquellas calles eran bastante transitadas y el simplemente no estaba acostumbrado a ese tráfico.

se adentró en el edificio y fue de inmediato a la oficina de la secretaria, tenía cierto conocimiento de las instalaciones pues el había ido a tramitar todo para que su madre pudiera desempacar.
una vez que le dieron su horario le pidieron que pasara a la oficina del director, quien con una gran y amplia sonrisa le recibió; daesung de inmediato correspondió.
hablaron sobre las actividades escolares y las sobresalientes calificaciones de daesung. le compartió la idea de impartir tutorías a alumnos de bajo rendimiento y demás. se habían llevado bastante bien, y el tiempo transcurría rápido, tanto así que sonó el timbre de la segunda clase, ambos se pusieron de pie para encaminar a daesung a su grupo.
el director tocó a la puerta, entrando el primero. saludó a los estudiantes pidiéndole a daesung que entrara; el nombrado dió unos cuantos pasos hacía el aula, donde el director le jaló del brazo hasta tenerlo a su lado, le tomó por los hombros y comenzó a hablar, no, más bien, comenzó a exagerar sobre daesung.
comentó que era un chico genio y pidió encarecidamente a su profesora que le diera los mejores tratos, y a sus compañeros que lo integraran.
daesung quería morir de la vergüenza, ni siquiera pudo presentarse, fue con la cabeza baja hacía un pupitre vacío.

una vez que el director se fue, la profesora pidió a cada uno de los estudiantes que se presentarán, aunque prácticamente ya todos se conocían desde cursos atrás.

la mayoría de ellos lo tomaron por clase libre, sacando sus celulares a escondidas o platicando entre ellos.
daesung solo asentía con una sonrisa y un "mucho gusto" o un "espero que nos llevemos bien".

cuando simplemente se escuchó un silencio que perduró unos segundos. todos voltearon hacía los bancos de atrás donde se había formado un grupo de tres chicos que reían en voz baja; de inmediato la profesora llamó la atención de los chicos.