-¿Segura que estas bien?- preguntaba Jade a Nakir mientras mas se acercaban al gran castillo de hielo. Nakir frotaba sus manos y caminaba un poco lento por la nieve a sus pies.-si- respondió tomando una larga bocanada de aire- me duele la cabeza pero supongo que es normal- dijo sin mirarla- fue buena idea lo del hechizo de máscara anti alucinógenos- rio- no le queda el nombre.
-fue tu idea enrealidad.
-nisiquiera recuerdo lo que paso, no pudo haber sido mi idea. - suspiró- recuerdo solo nieve, nieve, mas nieve y luego nada. Desperte y te vi y realmente agradecí a los dioses de que no mori de hipotermia. Aun mis dedos estan estumecidos pero resistiré.
-aun no estas acostumbrada a este mundo, pero si que resististe mucho, yo ya casi me daba por vencida. creo que el preocuparme por ti nos salvó- Nakir siguió frotando sus manos y una leve sonrisa crecio en su rostro-detente- Ambas se detuvieron.
-¿Por qué?- la miro confundida.
-ya nos encontraron.
Reino de Trempler
-realmente no tengo nada en contra de Asthed pero si queremos ganar esta guerra necesito esa piedra- la princesa Leangeline hablaba con un anciano de barba larga y gran melena- si se la das a Asthed no sabrán que hacer con ella, yo si.
-lo dejaste en claro hace años, Leah- tomo un sorbo de su té ofrecido por Leah- pero si quiero que nada de lo que pasó pase de nuevo, seria no dandote algo tan poderoso a ti. La he mantenido muy segura y la he usado con responsabilidad y debo agregar que no eres muy responsable y aun no lo eres- se sirvió mas té y se acomodó mejor en la mesedora- me agradas pero no significa que por eso deba dártela.
-te lo repetiré- se levantó y se acercó mas al anciano- Asthed no es un reino de buenos hechiceros, Trempler lo es. Esta guerra es de todos pero solo Trempler se atrevió a hacer algo, nosostros trajimos a nuestra reina de vuelta, hicimos que Asthed se nos unieran junto con las sirenas y demás aliados que Luther esta apunto de conseguir ¡Nosotros somos la mejor opción!- el anciano tomaba sorbos pequeños mientras Leah esperaba su respuesta, este solo dejo la taza en la mesita y se cruzó de brazos.
-bien, acepto- Leah sonrió- pero no te la daré a ti,no confío en ti- su sonrisa desapareció poco apoco.
-malditasea- goleó la mesa mientras el anciano reia de su molestia y acariciaba su barba.
-me dejo llevar por la energía que emana cada persona, la tuya ha cambiado y no te la dare si creo que esta mal. - se levantó poco a poco- trae a tu reina y yo decidiré si merece mi piedra- realizó un círculo invisible con su mano derecha- si no la merece temo que mi tiempo en este mundo ya es muy corto y si no logro conseguir al siguiente dueño o dueña esta piedra morirá conmigo.
-no, Erios ¡No puedes!
-puedo, Leah, puedo.
-sin ella sera imposible lograr ganar, por mucho que me cueste admitirlo.
-entonces date prisa. Adios, pequeña Leah.- desapareció en un instante dejando solo rastros de pequeños destellos blancos. Leah se sentó y pensó un modo rápido de traer a Nakir al reino. Leah ya sabía de la travesía a la que fue Nakir pero en su interior sabia que aun consiguiendo la alianza con ese reino se necesitaria mas para vencer a los Akros, los cuales Leah descubrió que también estaban ganando aliados discretamente a base de amenazas, intimidación, promesas y riquezas. Todo el asunto estaba difícil de sobrellevar pero esta no era la primera pelea que Leangeline presenciaba y gracias a eso una idea cruzó su mente.
Reino congelado
Nakir caminaba incómoda por las cadenas que ataban sus pies y manos. En cambio, Jade solo miraba alrededor impresionada por el gran castillo que literalmente parecía hecho de hielo.

ESTÁS LEYENDO
Littium
Fantasy¿crees en la existencia de otro mundo? ¿otra realidad? ¿otras dimensiones? Tal vez Nakir aun viéndolo no lo creía y solo quería volver a casa o despertar de ese raro sueño. ¿y si ahí encuentra lo que las personas de su mundo llaman "verdadero amor"...