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— jisung, ya te dije que no voy a llevarte a un club random de itaewon.

minho, concentrado en su celular, vio de reojo cómo el menor formaba un puchero mientras seguía aferrándose a su brazo.

— vamos hyung —reprochó jisung— ¿quién quiere quedarse en casa un viernes?

— ¿quién más? —le respondió sarcástico— pues tú y yo.

jisung bufó mientras le soltaba el brazo.
había pensado en la posibilidad de irse solo, pero no tenía el valor suficiente considerando que jamás había ido a un club.

— ugh, qué aburrido.

pero no se daría por vencido. llevaba tiempo rezando por tener un viernes libre, y ahora que lo conseguía, no estaba en sus planes desperdiciarlo.
solo le quedaba una cosa por hacer.

— buen intento jisung, tus ojos de cachorrito triste no funcionarán esta vez.








— es la última vez que tus ojos de cachorrito triste funcionan conmigo. en serio.

en medio de las calles de itaewon, jisung sonrió triunfante al escuchar a su hyung decir su ya conocida frase.

— claro, gatito~canturreó burlón—. lo que tú digas.

unas cuadras más adelante, minho se detuvo frente a una puerta.

— latin club —leyó el menor—. ¡perfecto! ¿tendrán tequila? he oído que es muy bueno.

minho sonrió de lado mientras entraba al lugar, ya bastante familiar para él.

— claro, como si tuvieras la resistencia suficiente para tomarlo.

— ¿te estás burlando de mí? -le reprochó jisung mientras lo seguía— te sorprenderá lo bien que se me da.

mentía. jamás había probado tequila y no era muy fan de tomar alcohol en general. pero nadie tenía por qué saberlo.

— ajá. ¿quieres apostar? —le desafió minho—.

jisung se lo pensó un rato.

— ¿qué clase de apuesta?

el mayor sonrió. definitivamente eso sería divertido.

— pagaré tu entrada. pero si llegas a embriagarte, me devolverás el doble de dinero —sentenció—. y si por gracia divina sales sobrio de aquí, pagaré tus bebidas la próxima vez que salgamos. ¿aceptas?

minho le tendió la mano y lo miró directamente a los ojos, desafiante. y eso le bastó al menor para tomar su mano en señal de confirmación.

— hagámoslo.

el bailarín sonrió triunfante. sabía que jisung se mantendría sobrio, pues detestaba perder. eso lo libraba de preocupaciones, y también de posibles futuros reproches de su líder. era perfecto.
¿qué podría salir mal?

alcohol ° minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora