Lo siento.
Quizás pude haber sido más sincero en nuestro último encuentro, en verdad quería decírtelo pero aquellas dos palabras fueron tan difíciles de concebir… No tuve valor. Las condolencias de los presentes las percibo lejanas y vacías, frente a mí yacen cuatro sarcófagos que aparte del mío, atraen dolor y la atención del resto. Veo a mi madre desgarrarse en la desesperación, sus ruegos no retumban en mis oídos; llegan ex compañeros de clases cuyos rostros no evocaba en el momento, aunque confiar en mi memoria jamás fue conveniente para mí; yacen acomodados entre flores y cafés familiares y conocidos; me resulta raro mirar nuestros cuerpos inertes dentro de esas cajitas hechas a la medida. Sin embargo, nada de esta cohibente atmósfera puede resultar tan amargo como verte llorar junto a mis hermanas; nuevamente, sollozas destrozada.Soy tuyo, eras mía, secretos del mundo
Aquella promesa eterna fue como magia
Nuestra chispa floreció bajo la luz de las estrellas
Ahora la vemos arder sobre el fuego
Convertidos en ruinas, nuestros recuerdos se vuelven cenizasLa letra de esa canción resuena en mi saturada conciencia, esa que a pesar de todo continúa ahí y probablemente no me abandone jamás. Elevo la vista un poco e intento llamarte sin éxito; tú, como en aquel entonces, no puedes verme. Me gustaría sentarme a tu lado y consolarte, dejar que tu cabeza descanse en mis hombros y peinar con mis dedos tu flequillo, sin embargo, ya mis manos no te alcanzan ni mi voz te es audible ni me diviso reflejado en tus ojos. Además de perder la vida temo que dejé atrás otra cosa… un punzante malestar carcome mi alma.
Justo cuando voy a intentar gritarte de nuevo, una presencia que me sería imposible pasar por alto me lo impide; el tacto de Soobin no podría ser más frío.
— No hay reacción. Ellos no pueden notarnos pero nosotros sí. Somos espíritus, Kai.
Fue tan repentino que asimilarlo me estaba tomando tiempo. No entendía cómo pasamos de estar dormidos en un viaje a despertar dentro de la morgue en el hospital. Lo siguiente fue saber que habíamos tenido un accidente en la autopista donde todos, sin excepción, fallecimos. Y por algún motivo que no lograba descubrir, solamente nosotros cinco habíamos permanecido juntos hasta ahora.
— Esto tiene que ser una pesadilla, sí, estamos soñando y vamos a salir de aquí en cualquier momento —aprecio para mis adentros los ánimos que intenta darme Yeonjun, empero en el fondo, ambos no creemos tal falacia. No obstante, tiene el efecto esperado.
— Deberíamos tratar de buscar respuestas, ¿no les parece extraño que seamos los únicos desde el inicio? Recuerdo que… mencionaron más personas —los cerrados puños de Taehyun contenían nuestra frustración, simplemente parecía irreal.
— No hay mucho que hacer —la vista de Beomgyu estaba clavada en los ataúdes que, contenían los cuerpos de quienes se suponen éramos mis amigos y yo.
De regreso a casa teníamos un montón de planes para pasar nuestras vacaciones antes de volver a los escenarios. Iríamos finalmente al parque de diversiones con nuestros consanguíneos y celebraríamos el cumpleaños del líder, acontecimiento que él desconocía e indudablemente, lo tomaría por sorpresa; Yeonjun probaría unos videojuegos nuevos que había dejado pendiente a raíz de la extensiva cantidad de presentaciones y Beomgyu le enseñaría a Taehyun cómo tocar la guitarra eléctrica, razón por la cual estábamos muy emocionados. Teníamos una apuesta sobre cuánto tiempo necesitaría para dominarlo, fue graciosa la expresión que puso cuando lo propuse. Si alguien nos hubiera advertido de que finalizaríamos en esto nadie lo habría creído, en especial yo que esperaba cerrar lo que asumía irresuelto.
Todavía las memorias del reconocimiento de nuestros cadáveres me parecían inexistentes, podía sentir los fuertes deseos de vomitar en mí aunque no conseguiría hacerlo y, la lógica era irrefutable. ¿Cómo aceptar de un momento a otro que estábamos muertos?
— ¡Mamá! —la señora de lastimosa apariencia cayó de repente al suelo, una multitud acudió a socorrerla incluyendo a su hijo que, ni siquiera podía tocarla.
Queríamos llorar también, sí, porque mirar a las personas que amamos pidiendo ser tragadas por la tierra nos dolía más que saber que no nos veían ni podían tocarnos ni oírnos. Y quizás, más lastimoso aún, el hecho de que nosotros sí a ellos. Las imágenes de lo que ahora será solamente el pasado van de un lado a otro dentro de mi cabeza. Tu genuina sonrisa, esa con la que te conocí, ya no evoca épocas apreciadas; el colgante que te obsequié y ahora traes puesto, supuse lo habrías perdido ya; el apoyo que me brindaste mientras iba tras mis sueños, esos que finalmente no conseguiste mantener conmigo. Juré que lo olvidaría todo y no pude, imposible, nuestras capacidades de deshacernos uno del otro no eran las mismas.Juntos, juntos, woah
Nosotros por siempre, por siempre, lo sabes
Como algo que desapareció en un sueño, algo
Como una isla abandonada, esa melodía olvidadaY ahora resulta que ocurrió esta desgracia y no puedo decirte cuánto lo siento.
Lamento no haber sido más fuerte, no haber sabido sobrellevar las exigencias que a menudo cargaba sobre mis hombros, no haber resultado lo que tú querías que yo fuera. Pero al menos yo no engañé a nadie, o sí, supongo a que a mí mismo.Malo, malo, espero que solo sea un sueño doloroso
Triste, triste, llévame a tu lado otra vez— Vámonos.
Los chicos se dirigen a la salida del sepelio, ellos no pueden comprenderlo; en aquel entonces, tampoco. Y tú… tú… Por última vez intento llamarte.
Te volteas.
Tus ojos parecieran mirarme, resaltan por las ojeras que los adornan y las rojizas mejillas.
Sonrió.
Extiendo mis manos y corres en mi dirección. Una calma me inunda y con el mismo ímpetu que usó para llegar, se va. Tu cabeza reposa en el pecho de un desconocido que recién aparece. Bajo la vista desconsolado y me dirijo al lugar donde mis amigos me aguardan, finalmente lo entiendo.
No puedes verme.Canción: Can't you see me?
Autor: Tomorrow x Together (TXT)
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Can't you see me?
Short StoryUna multitud de personas lloran en el velorio de cinco jóvenes. entre condolencias y lamentos, padres desolados y conocidos que llegan, compañeros de las víctimas y algún que otro curioso, se encuentra Huening Kai, quien no pensó que la vería nuevam...