Lobezno | NamJin & TaeJin & KookJin

Capítulo 1

¡Eres un idiota Kim SeokJin!

¡Tus padres jamás te querrán siendo un estúpido cocinero!

¡Debiste ser más hombre, maricon de mierda!

Sus manos repletas de manchas rojas sostuvieron una olla negra, el implemento de cocina más pesado de su oscuro lugar que estaba al tope de agua muy caliente, enseguida sus manos la tiraron hacia los terceros quienes se colaban en su ventanal desde el primer piso a altas horas de la noche tan solo para molestar su tiempo. Sus risas escandalosas llenas de mofa, todo esa ironía recurrente cayó como un soplido a las velas de la realidad para después comenzar a disparar estruendosos gritos de ayuda mientras sus pieles recibían el agua recientemente hervida en el recipiente metálico que les daba color a su carne carente de dulzura mientras la mente ajena se preguntaba porque la gente abusaba de él sin culpa en realidad, aveces el ser un omega en esa estúpida sociedad era algo estresante.

Decidir su carrera universitaria durante sus primeros años de juventud jamás fue la decisión más consciente y agradable que hizo a lo largo de su vida.

Él podía recordar todos los líos en los cuales se había metido gracias a confesar lo que lo apasionaba a crecer más y más hasta tocar el éxito, que lo motivaba como relajaba cuando se sentía muy mal en aquellos días cuando aun dependía de sus padres trabajadores. Su cara siempre tan realista frente a lo que ocurría en su hogar si nos volvemos a años atrás, las discusiones parentales lo tenían abatido sin poder más mientras su único refugio escapaba con alguien más porque él no le resultaba suficiente.

Porque si él era un gran tesoro, los demás no podían aprender a cuidarlo y quererlo como él se esforzaba a ser cada minuto para los demás. De repente su abuelo le había mentido antes de fallecer cuando era aún un niño fiel a lo que creía en televisión y no dudaría en gravarse la definición de su nombre como las tablas matemáticas de su escuela.

Si nos alejabamos de la ciudad, se podía tocar y sentir las nuevas vibraciones de vida que con naturalidad fluían en el tan lejano exterior.

En el verde bosque se anunciaba la llegada de un nuevo cachorro en la manada, cosa que alegraba a todas las hembras del grupo por completo porque la nueva vida siempre será motivo para celebrar dentro de ese pequeño pueblo con creencias alegres. La madre cubierta de sangre hasta la base de sus manos tenia ahora entre mantos claros al pequeño bebe quien dormía bajo su fiel confort valiendo cada segundo sufrido con tal de ya tenerle y sentirle. Sus manos con las uñas largas y blancas se deslizaban entre el rostro de su cría, era tan pequeña que solo sus dos palmas bastaban para cargarlo sin problema. Aquel cachorro de la pareja real tendría el nombre de Namjoon que fue decidido por la mujer que dio a luz en la parte más arriesgada del bosque que a pesar de las complicaciones logro darlo de manera independiente y así una vez más mostrar que era la mujer más inteligente como fuerte del sitio que muchos se acercaban con cuidado.

La manta blanca qué envolvía el pecho de su pequeño bebé tenia su nombre tejido en letras negras.

"NamJoon"

La hembra de finas características, unas orejas largas con un pelaje blanco como su piel que se erizaba con el frio penetrante a sus tejidos. La dama dentro de ese ambiente de lobos salvajes más amable y solidaria mientras que su pareja podía asesinar a miles de lobos ajenos a su comunidad por simple malicia que lo hacía capaz de todo acto mordaz que atenta contra la lógica. Ser opuesto en esta comunidad era algo cultural, más que agradable.

Podía apostar a mas de mil personas que ese era el máximo momento de felicidad de su vida como madre primeriza, porque estaba en compañía de las personas que mas amaba dentro del nido construido meses atrás sobre su cama de plumas. Su esposo que conoció en sus primeras semanas de cacería como aprendiz, un hombre de características salvajes y para nada un lobo domesticable, esa palabra no podía encajar en esa persona tan sanguinaria que solo compartía sus hazañas con la fémina que calmaba todos sus demonios, capaz de detener su emociones como una palanca de oro contra el reloj.