Solo una noche [Sesshome]

6

Narradora

En la aldea de la anciana Kaede se encontraba a Inuyasha discutir con sus compañeros mientras kikyo observaba apartada.

La disputa entre los integrantes llevaba alrededor de dos horas pero cada vez que estaba por terminar nuevamente salía el mismo tema, repitiendo otra vez la discusión.

"¡Ya estoy harta de ti, inuyasha!" Gritó enojada Sango quien era detenida por Miroku para que no llegara a golpearlo "No entiendo como es que Kagome te soportó por todo este tiempo" Soltó con rabia.

"¡¿Y a ti que te interesa?!" Respondió inuyasha frustrado y enojado "¡Si tanto la quieren, ¿Por qué no mejor se van con ella?!"

"Chicos ya hay que calmarnos, no tenemos por que estar peleando a cada rato" Habló Miroku tratando de aligerar el ambiente y poner el fin de aquella discusión.

"Pero no es justo su excelencia, Kagome no merece ser tratada así" replicó Sango quien seguía con la mirada puesta en el albino.

Mientras ellos seguían peleando no muy lejos de ahí una avispa los veía escondida para que no llegasen a notar la, cuando obtuvo lo que quería regresó rápidamente a donde su amo.

Al llegar entro por la barrera que había hecho Naraku, así ocultando el castillo en donde se escondían cuando estuvo frente a el, le comunico la situación en la que se  encontraba  el grupo de Inuyasha haciendo que una sonrisa maliciosa apareciera en su rostro.

"Que interesante, así que la miko se  fue con su hermano además que el grupo de Inuyasha está teniendo problemas entre ellos, eh" sus ojos se tornaron impacientes "Kukuku, ahora si que podré divertirme"

"¿Qué es lo que piensas hacer, Naraku?" Preguntó kagura algo desconfiada por la mirada que tenía su creador.

"Ya lo verás, no te impacientes. Pronto todos sufrirán lo mismo que yo, todos sabrán que es el verdadero dolor"

En todo el Palacio se escuchaban las carcajadas maliciosas que daba Naraku al imaginarse las caras de todos al ver la persona más importante en sus vidas sufrir.

Mientras en la era moderna cierto joven conducía por las calles que lo llevaban al templo Higurashi, en sus ojos se podía ver la preocupación que sentía al estar más cerca de ese lugar tan familiar.

Cuando llegó sin importarle las miradas del abuelo Higurashi y las preguntas que le hacía entró a la cabaña en donde se encontraba el pozo devorador de huesos, listo para saltar y encontrarse nuevamente con su preciada compañera más fue detenido por Naomi, la madre de Kagome.