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El Delta de cabello marrón se encontraba sentado en su cama bastante pensativo, observando fijamente un pequeño papel blanco posado en sus manos, el cual traía escrito un número de teléfono junto al nombre de "Park JM".

Apenas había llegado a su casa le había entregado a su hermano su malteada y donas correspodientes, quedándose con la bolsa, la malteada restante y un par de donas. Al terminarse lo último estaba apunto de guardar la bolsa de no ser porque el, anteriormente mencionado; papel blanquecino, cayó al suelo tal como una pluma siendo atraída por la gravedad. El morocho se agachó y la recogió, sintiendo un nuevo sonrojo acaparar sus mejillas al ver que llevaba escrito varios números. Rápidamente la idea de que era el número perteneciente a aquella cafetería se posó en su mente, pero fue borrada al notar que también había escrito un nombre.

Conocía aquél nombre, pues su hermano lo había mencionado momentos atrás; "Park JiMin", el tierno chico que cuando sonreía era más brillante que el Sol mismo. Suspiró con nerviosismo, el pensamiento de que quizás el pequeño azabache también sentía atracción por él, llenó su mente e hizo aparecer una sonrisa boba en sus labios, la cual se borró al instante de recordar que era un Delta. Ahora sentía que el papel solo era una broma pesada por parte del Omega, aunque éste no se veía como alguien que pudiera hacer bromas de ese tipo, pero las aparencias pueden engañar, nunca nada es lo que parece.

Yoon volvió a suspirar, esta vez con un tono algo triste, recostándose en la cama luego de tomar su teléfono. Observó éste y luego el número, volviendo a mirar el primero y nuevamente desviar su mirada al papel. Mordió su labio inferior con ligereza, decidido a que no le pensaba a hablar a Park, pero lastimosamente ya había agendado el número y mandado un corto mensaje.

Park, Omega del café.
en línea . . .

Hey!

Hola!!
quien eres?

El Delta del café.

Perdón, pero cuál Delta?

¿A cuántos Deltas les has dejado tu número en la bolsa de su compra?


Golpeó su rostro con una de sus manos, había sonado como un novio celoso (y un poco tóxico). La verguenza cubría su rostro con un suave rosado, y ahora se preguntaba ¿cuántas veces se había sonrojado gracias al Omega? Sentía que muchas más que en toda su vida.

Park, Omega del café.
en línea . . .

Oooohh!!
Eres el de ojitos lindos
Digo
El que me pidió el número!
¿verdad?

El rosado incrementó y se convirtió en un rojo fuerte al recordar aquél momento. Éste chico seguramente lo volvería loco.

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a cute delta! ㅡ jimsu ; vyn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora